El IPC en el Estado se dispara seis décimas y se sitúa en el 10,8%, la tasa más alta desde 1984

La inflación anual en el Estado se disparó en julio y volvió a superar los dos dígitos, hasta el 10,8%, según el indicador adelantado del Índice de Precios al Consumo (IPC) del Instituto Nacional de Estadística. Concretamente, se trata de seis décimas más que la tasa anual de mayo, que se situó en el 10,2%, y supone la tasa más alta desde septiembre de 1984, es decir, de los últimos 38 años. El aumento de la inflación se debe principalmente a la subida de los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, la electricidad, y al comportamiento de la ropa y calzado, cuyos precios descienden menos que el año anterior. Pese a la escalada de los últimos meses, en julio destaca en sentido contrario el descenso de los carburantes.

Por otra parte, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, también aumentó seis décimas en julio, hasta el 6,1%, el dato más alto de enero de 1993. En cuanto a la tasa mensual, en julio se registró una tasa de -0,2% respecto a junio, según el indicador adelantado del IPC.

En cuanto al Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), en julio se produjo una variación anual del 10,8%, un incremento del 0,8% en comparación con el mes anterior. La variación mensual estimada del IPCA es del –0,5%. La variación anual definitiva del IPC correspondiente al mes de julio se conocerá el próximo mes.

El IPC se mantiene al alza en lo que va de año, un aumento debido, principalmente, a la escalada del precio de los carburantes a consecuencia de las tensiones internacionales. En enero de 2022 el IPC se situó en un 6,1%, escalando hasta llegar al 9,8% en marzo. Tras registrar una variación por debajo del 9% en abril y mayo, en julio el IPC ha vuelto a batir una cifra récord con una tasa del 10,8%, la más alta desde 1984.