AGRICULTURA ANÁLISIS
La producción de forrajes baja un 25% por la menor superficie, junto a la sequía y el calor
Segundas cosechas, como el maíz, restan interés por este cultivo entre algunos agricultores || Mientras la demanda se mantiene muy alta, desde Oriente Medio a China o Japón pasando por Europa
La producción de forraje, liderada por Lleida y el Valle del Ebro, se verá reducida esta campaña en torno a un 25% con respecto al año pasado, según las primeras estimaciones de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (Aefa). Su director general, Luis Machín, apunta a que es consecuencia de la sequía y de las altas temperaturas que se están registrando, pero especialmente de la reducción de la superficie de cultivo. Es una situación que se da especialmente en Catalunya al considerar que el doble cultivo, por ejemplo de maíz, puede resultar más atractivo para algunos agricultores.
Contrariamente, en el conjunto del Estado se aprecia, según datos de la asociación, un aumento de fincas destinadas a esta producción. En el caso de la provincia de Lleida, los avances de superficie de la Generalitat cifran en 21.457 las hectáreas destinadas a alfalfa, frente a las 22.054 de 2020. Con todo, Machín confía en recuperar para el sector esta superficie que se ha decantado por otros cultivos, destacando que la alfalfa representa una elección más “segura” con entre un mínimo de tres cortes hasta alcanzar los cinco.
Por otro lado, destacó que existe una demanda muy alta de producto para la alimentación animal. Recordó además que el mercado se encuentra “muy tensionado” con los precios de otras materias primas como el maíz o la cebada debido en gran medida a la guerra de Ucrania y sus consecuencias. Todo ello cuando en las últimas semanas han salido los primeros barcos con cereales ucranianos, pero en cantidades aún muy reducidas y con unos destinos muy concretos
Los agricultores de Lleida destinan más de 21.000 hectáreas a la producción de alfalfa
España viene a consumir el 20 por ciento de la producción de forraje, mientras que el resto se envía a mercados de exportación, que mantienen una demanda firma “Este año es casi seguro que acabaremos la campaña a cero” porque se venderá toda la producción disponible.
Los grandes mercados del forraje de Lleida, y en general de sector español, son muy diversos. En especial destaca Oriente Medio, desde Emiratos Árabes a Arabia Saudí pasando por otros países como Jordania o Catar. Pero también en el lejano Oriente, como Corea del Sur y Japón y en especial China.
Las forrajeras locales también tienen clientes más cercanos, como el caso de los compradores europeos de Francia y Portugal, además de Marruecos, entre otros, según datos de la Aefa.
Los costes energéticos se han multiplicado por 2,5 en un año
Uno de los grandes problemas para las industrias forrajeras en estos momentos llega de la mano de los costes de la energía. Según cálculos del director de la Alfalfa Deshidratada (Aefa), Luis Machín, se han multiplicado por 2,5 en el último año.
Es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que para muchas empresas la energía puede representar del orden del 25% de los costes de producción totales. Eso teniendo en cuenta que existe un amplio abanico de circunstancias en el sector, con compañías que han intentado reducir su dependencia de la mano de la instalación de placas solares o la utilización de biogas, frente a otras compañías que está supeditada para producir al gas, que está experimentando una escalada de precios histórica. El problema de los costes energéticos se repite en todo tipo de actividades con una electricidad que marca nuevos récord (ver la página 18).