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AGRICULTURA CAMPAÑA

El grupo Tomàs Cusiné espera una producción corta pero de calidad

La sequía y el calor mermarán un 20% la vendimia de esta campaña || Las condiciones meteorológicas han acelerado la recogida de uva a fechas históricas

Trabajos de vendimia a mano ayer en Castell del Remei.

Trabajos de vendimia a mano ayer en Castell del Remei.JOAN GÓMEZ

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El Grupo Tomàs Cusiné espera este año una menor producción de uva, castigada por calores extremos que ya comenzaron en mayo y por la pertinaz sequía, pero al mismo tiempo será de calidad. El enólogo y propietario Tomàs Cusiné explica que en aquellas zonas que carecen de riego la cosecha podrá ser un cuarenta e incluso un cincuenta por ciento inferior al año pasado. Sin embargo, en cepas que han tenido el agua asegurada por el regadío han aguantado mejor los rigores de una campaña difícil desde el punto de vista de condiciones meteorológicas.

En global, teniendo en cuenta todas las vides, la producción se verá mermada en un 20%, a tenor de las estimaciones que baraja el grupo en estos compases de la campaña. Este ha sido un año “muy fácil” desde el punto de vista sanitario, porque la ausencia de lluvias ha anulado prácticamente los posibles problemas de hongos en las fincas. A la falta de precipitaciones se han sumado este año los diferentes episodios de termómetros disparados, que comenzaron en mayo y que se han repetido a lo largo de todo el verano.

Sin noches frías y con los estragos del calor la calidad será buena, pero con menos acidez que previsiblemente se traducirá en que el grado será menor.La meteorología, como ha ocurrido en otras zonas, ha acelerado el inicio de la vendimia a fechas históricamente tempranas tanto en Castell del Remei como en El Vilosell. Tomàs Cusiné apunta que este es un año especial y que en los últimos treinta el inicio de la vendimia se ha adelantado entre dos y tres semanas. En el capítulo de ventas, explica que se caracteriza en estos momentos por un cierto nivel de incertidumbre.

Tras la pandemia, el sector vitivinícola confiaba en una recuperación más rápida. Sin embargo, ahora la inflación y una coyuntura económica marcada por los efectos de la guerra en Ucrania se traducen en que los clientes de las bodegas apuesten por unas compras para cubrir las necesidades del momento, sin crear o incrementar sus estocks de vino. “Compran, pero poco a poco”, explica Cusiné.

En su caso, cuenta con las botellas necesarias para afrontar la campaña, mientras otras bodegas tienen problemas de suministro. Con todo, explica que el precio se ha incrementado, al igual que otras materias primas, como pueden ser el cartón para empaquetar la producción o el gasóleo agrícola para la maquinaria en las fincas.

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