AGRICULTURA FRUTA
El precio de melocotones y nectarinas ha subido hasta un 24,5% durante el verano
Mientras la producción se ha hundido un 70 por ciento debido a las intensas heladas || En una campaña marcada además por unos costes disparados, con incrementos de hasta un 40 por ciento
La producción de fruta de hueso de Lleida se ha hundido este verano un 70% debido a las intensas heladas que azotaron a los árboles en primavera, un derrumbe con el que muchos podrían pensar que se traduciría en un gran incremento de los precios. La realidad es que las cotizaciones han subido, pero lejos de la evolución de la oferta. Así lo pone de manifiesto el informe de la campaña que ha elaborado la patronal del sector, Afrucat, para la conselleria de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural.
El estudio analiza semana a semana la evolución de los precios desde el comienzo de la campaña, a mediados de junio hasta finalizar el mes de septiembre y registra un incremento máximo de los precios de un 24,5 por ciento, pero incluso el final de la temporada estima que las cotizaciones de 2021 y 2022 han sido prácticamente las mismas. El Observatorio de Precios analiza el precio de salida de la central frutícola sin IVA, comisiones ni transportes y para ventas de al menos mil kilos. Así, apunta un arranque de campaña a 1,34 euros el kilo, frente a los 1,15 de las mismas fechas de mediados de junio del año pasado.
Es decir, que los melocotones y nectarinas tempranas se vendieron de promedio un 16% más caras. La diferencia de precio se incrementó hasta comienzos de julio, cuando llegó a ser de un 24,5%. Hablamos de precios de 1,42 euros el kilo frente a 1,14 doce meses antes.
La caída de la producción se dejaba sentir en el mercado, pero a niveles mucho menos importantes que el aumento de los costes. A partir de ese momento, las diferencias de precio fueron oscilando semana a semana en el entorno del 20 por ciento hasta finales de agosto. Al acabar el mes, un kilo de fruta de hueso apenas se pagaba 18 céntimos por encima del año pasado.
A finales de septiembre, incluso las curvas de precios de 2022 y 2021 se juntan, con valoraciones de en torno a los 1,35 euros el kilo.Menos producción y precios superiores pero no tan elevados como se podría esperar, da solo una pequeña idea de los problemas a los que se enfrenta el sector tras esta campaña de verano. Todo ello porque hay que tener en cuenta un tercer factor que está pesando sobre las cuentas de resultados de agricultores, centrales y cooperativas frutícolas, como son los costes. Al inicio de campaña, el sector estimaba los incrementos entre un 35% y un 40% en aspectos tan distintos como la energía o el embalaje.
Los altos costes preocupan de cara a la campaña de fruta de pepita
Los elevados costes, en especial por los altos precios de la energía, también han hecho saltar todas las alarmas en el sector de cara a la campaña de fruta de pepita. El sector alerta que la llamada “excepción ibérica”, ideada para abaratar el precio de la luz, en realidad está disparando los recibos de las centrales frutícolas. Conservar en atmósfera controlada un kilo de fruta costaba el año pasado unos 8,5 céntimos y este al menos puede representar unos 20, según cálculos del sector, que teme no poder repercutir este incremento al consumidor.
La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) ha solicitado reiteradas veces al ministerio para la Transición Ecológica y el de Agricultura la suspensión del sobrecoste que les supone el pago de esta “excepción ibérica”, ya que llega a representar aproximadamente el 45% del coste real de la energía consumida.