PREVISIONES CERDO
La peste porcina africana y las restricciones normativas, los grandes retos del sector
Administración y ganaderos ponen el foco en las medidas para evitar la llegada de la enfermedad a Catalunya y España || La patronal Anprogapor prevé un cambio estructural del negocio en Europa
El sector porcino celebró el jueves una mesa redonda en el ámbito de la Jornada de puertas abiertas del Máster en Sanidad y Producción Porcina en la Facultad de Agrónomos de la UdL en la que expresó tanto su malestar por el exceso de restricciones normativas para producir como por el peligro que acecha a los productores de posibles focos de enfermedades infecciosas en todo el estado, como la Peste Porcina Africana. Sobre este último asunto, los productores explicaron que el incremento constante de la importación de lechones de zonas cercanas a focos declarados de la enfermedad les produce inquietud, aunque tampoco dejan de lado las otras principales formas de propagación, como la transmisión a través de fauna salvaje o la contaminación en alimentos. De ahí que Enrique Novales, de la Dirección General de Calidad y Seguridad Alimentaria del Gobierno de Aragón, insistiera en que entre todos “debemos cuidar el sistema sanitario y trabajar con él”.
Ante las quejas de los productores de las continuas inspecciones a las granjas, Carles Sánchez, jefe de la Sección de Vigilancia, Lucha y Control de las Enfermedades de los Animales de la Generalitat, dejó claro que no pueden poner trabas a los movimientos de lechones, y por eso vigilan que las explotaciones de destino tengan unos mínimos de bioseguridad, con un vallado seguro o vestuarios de desinfección, entre otros. En este sentido, manifestó que si no se hacen las cosas bien “podemos sufrir una catástrofe” y es que –explicó– a diferencia de Aragón, en Catalunya hay una gran concentración de granjas en menos espacio y un caso de PPA detectado, por ejemplo, en un jabalí podría provocar un racimo de focos. Puso como ejemplo la zona de Vic, ya que de detectarse allí un caso, serían inmovilizadas no menos de 1.500 granjas y “no hay presupuesto para indemnizar todo esto”, alertó.Por su parte, el ganadero y responsable de porcino de Unió de Pagesos, Rossend Saltiveri, se quejó del aumento de burocracia para sacar adelante una explotación.
“La burocracia se duplica y hasta triplica para mantener las granjas en una situación legal y al final en vez de estar cuidando los animales hacemos más papeleo para tener las situación regular”, dijo. Joan Graells, ganadero y responsable de porcino de Asaja-Lleida, añadió que los costes de producción les están ahogando y que dichos sobrecostes deberían de repercutirse en los consumidores, aunque se preguntó si estos podrían asumirlo. Desde el punto de vista normativo, el director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, apuntó que España, al estar en la cima de la producción porcina tanto a nivel europeo como a nivel mundial, “está controlada al dedillo, ya que el sector español es una amenaza manifiesta para los competidores”.
Por ello dijo que en los próximos meses y años se viene encima sobre el sector una serie de cambios normativos, la mayoría en materia de bienestar animal y de medio ambiente, que restringirán el crecimiento. Ante estas reformas, vaticinó que llegará un cambio estructural de negocio en Europa muy importante, que puede ser una oportunidad para el sector ganadero estatal, ya que, en sus palabras “está muy integrado y tiene una cadena bien estructurada”.