ENTREVISTA
Rafael Doménech: «La reforma no cubre todo el aumento de gasto en pensiones»
Responsable de Análisis Económico de BB VA Research
¿Qué está pasando con la banca, con la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank y los problemas del Credit Suisse?
Lo que está pasando es con una parte de la banca, con un tipo de entidad o banca de inversión. Hay entidades como el Silicon Valley Bank, que tenía un balance comprometido y serios riesgos, al que la subida de tipos de interés le ha provocado pérdidas, se han ido depósitos y ha tenido que vender activos a precio de mercado, con pérdida de valor. En el caso del Credit Suisse, ya estaba en el centro de la preocupación desde hace muchos años, no es algo nuevo, viene de lejos. En general y para la mayor parte de entidades el proceso era el contrario. Venimos de una situación de tipos extraordinariamente bajos hacia una normalización, que mejora la rentabilidad, la calidad de los balances, los ratios, normaliza la actividad bancaria.
¿Lo que pasa en la bolsa con los bancos españoles es lo contrario de lo que debería?
En el último año la banca española ha tenido un recorrido al alza por la normalización de los tipos. En la medida que esta inestabilidad financiera ha cambiado las expectativas de subida de tipos, la normalización se ha detenido y revertido parcialmente, y ha habido una corrección bursátil. En la medida en la que el problema queda acotado, los mercados discriminen bien dónde está y los bancos centrales retomen la lucha de la inflación, veremos cómo la corrección bursátil se detiene. No es una crisis financiera, sino de turbulencias que dan lugar a una corrección bursátil dentro de un proceso de normalización.
¿Cómo interpreta la última subida de tipos del BCE?
La subida de 50 puntos básicos hasta el 3,50% es consistente con la revisión al alza de sus previsiones de inflación y de crecimiento del PIB de 2023, y con el mensaje de que el sistema bancario de la eurozona mantiene sus elevados niveles de solvencia y liquidez. El BCE reafirma así su compromiso de hacer todo lo que sea necesario para doblegar la inflación hasta alcanzar su objetivo y evitar el riesgo de desanclaje de expectativas. De no hacerlo ahora, tendría que subir los tipos con más intensidad en el futuro, aumentando los riesgos de mayor inestabilidad financiera y menor crecimiento económico”.
¿El origen de la inflación actual es una crisis de oferta?
Tras la pandemia hubo una fuerte recuperación por parte de la demanda. Todo después de que algunos sectores habían dejado de invertir en capacidad productiva por las incertidumbres de la Covid, y vinieron cuellos de botella. La puntilla fueron las incertidumbres generadas por la guerra en Ucrania. La situación está cambiando, con un gas a niveles de verano de 2021, y con el petróleo pasa tres cuartos de los mismo, al igual que con los cereales y otras materias primas. No hemos llegado a los niveles de 2020 o 2019, pero sí a niveles mucho más bajos de lo que hemos tenido.
¿Cuáles son las previsiones en el caso concreto de los cereales?
Hablamos de una materia prima muy homogénea y nos fijamos en los mercados de futuros a nivel mundial. Con el estallido de la guerra llegó a duplicar su precio, pero hemos vuelto a precios anteriores, de otoño de 2021. Estos mercados de futuros apuntan a una estabilización. No se espera un descenso continuado. Ha habido una corrección y cierta normalización de las materias primas. Aunque alguna se ha desplomado, en general, se han estabilizado a niveles mayores a los registrados en pandemia.
¿Qué previsiones de crecimiento del PIB manejan?
Para este año esperamos una inflación a la mitad de 2022. En tipos, estimamos que se alcanzará un máximo este año del entorno del 4,25% en Europa y permanecerán relativamente altos este año y la mayor parte de 2024. No es que sean históricamente altos, sino que venimos de una situación excepcional. La economía española va a crecer este año un 1,5-1,6%, que es importante viniendo de donde veníamos con todas las dudas cuando estalló la guerra. Para 2024 estimamos un 2,6%, un punto más de lo que sería un crecimiento normal para España. Es un escenario base en el que no se materializarían riesgos existentes, porque continuará la mejoría cíclica después de la pandemia y, sobre todo, por la ayuda que suponen los fondos europeos.
¿Cree que la reforma aprobada por parte del Gobierno con apoyo sindical y rechazo empresarial solucionará el problema de las pensiones?
Tomando las últimas proyecciones de crecimiento de población y hacia dónde irá el gasto público en pensiones en las próximas décadas, las medidas no alcanzan a cubrir todo ese gasto. Hay una cláusula cierre en la reforma aprobada por el Consejo de Ministros que obligará a adoptar recursos adicionales. De las diferentes alternativas, se ha elegido la de hacer frente a todo el incremento de gasto previsto con una subida de impuestos, que ha de cubrir el déficit contributivo del sistema, que se traslada al Estado, es al menos dos puntos del PIB. Además, está todo el incremento adicional del gasto, entre 3,5 y 4 puntos del PIB.
Por defecto, si a lo largo de los próximos años no hay medidas que aporten otro tipo de ingresos o recorten gastos, automáticamente, la cláusula de cierre es aumentar las cotizaciones sociales. El incremento de cotizaciones deja de ser un salario diferido para convertirse en un impuesto más sobre el trabajo. Las evaluaciones de política económica, por un lado, tienen beneficios, pero son decisiones que no son gratis socialmente.Tenemos que ser transparentes, tendrá un coste el aumento de esos ingresos para cubrir el aumento del gasto.