Los leridanos apuestan por el ahorro, con 11.004 millones en depósitos bancarios

La percepción que tienen las familias de la situación económica, en especial de la evolución de los precios, se está traduciendo en una apuesta por el ahorro, que en el conjunto del Estado ha superado por primer vez la cifra histórica del billón de euros en depósitos. En el caso de Lleida, han cerrado el año 2022 con 11.004 millones de euros. Representa un incremento de 133 millones con respecto al trimestre anterior, y de 1.814 si la comparación se hace con el cierre de 2019, a pocos meses de que se paralizara buena parte de la economía por la lucha contra el coronavirus.

Hablamos de un aumento de fondos en los bancos con productos tradicionales cercano a un 20% en apenas tres años. Pero, además de ahorrar, lo hacen de forma muy diferente, buscando la máxima liquidez para tener su dinero disponible cuando lo necesiten. Así, al cierre del año pasado las familias de Lleida tenían 10.156 millones de euros en libretas a la vista, cuando antes de la pandemia de la Covid-19, al cerrar 2019, apenas eran 7.327.

Es decir, que en el período analizado se ha incrementado este paquete en cerca de un 39 por ciento. En paralelo, el ahorro a plazo, aquel en el que el cliente se compromete con el banco a mantener el dinero sin moverlo para conseguir una mejora de rentabilidad, ha caído en los tres años analizados cerca de un 57%. Ha pasado de 1.863 al finalizar 2019 a los apenas 847 que tenía contabilizados el Banco de España al término del año pasado.

Por otro lado, se aprecia el efecto del incremento de los tipos de interés sobre el volumen de créditos que mantienen los leridanos. En diciembre pasado las familias y empresas tenían contratados préstamos por valor de 8.246, una cifra que había bajado en 118 en solo tres meses. A la hora de explicar esta evolución hay que tener en cuenta varias repercusiones de la subida del Euribor, el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España.

Buena parte de quienes tenían ahorros han apostado por amortizar créditos para intentar que les afecte lo menos posible el encarecimiento de los recibos cuando les toque revisión. Por otra, la banca está endureciendo en buena medida las exigencias para conceder créditos. Después de años de trabajar con márgenes muy reducidos con el Euribor en niveles históricamente bajos, ahora intenta defenderse de posibles problemas de impagos por parte de clientes que parezcan dudosos..