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AGRICULTURA PREVISIONES

Las forrajeras temen ceses de actividad esta campaña

Por la falta de agua en algunas cuencas || Estiman que la producción estatal, liderada por Lleida y Aragón, caerá un 50%

Imagen de archivo de una finca con disponibilidad de agua para surtir su producción a la industria.

Imagen de archivo de una finca con disponibilidad de agua para surtir su producción a la industria.AEFA

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El sector de los forrajes advierte que la campaña 2023-2024 se prevé muy complicada, especialmente lastrada por la sequía y las malas previsiones en las zonas de regadío, así como la baja producción estimada en los secanos. La Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa deshidratada (AEFA) advierte que el sector ve con gran pesimismo esta nueva campaña e incluso alguna industria puede que tenga que cesar la actividad, por la poca disposición de agua en algunas cuencas. En este sentido, desde la asociación hacen un llamamiento a las autoridades para ayudar a paliar los problemas del sector de los forrajes deshidratados.

Se estima una bajada de producción cercana al 50%, lo que pondrá en jaque la viabilidad de las industrias deshidratadoras, así como parte de los 4.000 puestos de trabajo que el sector deshidratador español genera en el ámbito rural. El pasado 31 de marzo de 2023 finalizó la campaña anterior de la alfalfa en España con una producción de forrajes deshidratados de 1.263.041 toneladas, lo que significa un descenso del 13% con relación a la anterior, cuando se produjeron algo más de 1.450.000 toneladas, según el balance hecho público por AEFA. Excepto en Andalucía, la producción de forrajes deshidratados descendió.

Catalunya con una caída del 22% fue la zona donde más retrocedió la producción, seguida de Castilla y León con un descenso del 14%, Castilla La Mancha y Navarra bajaron un 12%, mientras en Aragón el descenso fue de un 10%. En la campaña las hectáreas del cultivo destinadas a la deshidratación bajaron un 8% respecto a la anterior, por lo que ya se preveía un descenso en la producción. A estas malas previsiones iniciales, se unió un rendimiento bastante bajo con relación a otras campañas, debido principalmente a la falta de agua para riego, y a las altísimas temperaturas que facilitaron la aparición de plagas.

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