AGRICULTURA INTERPERA
Lleida da por salvados los perales y confía también en poder asegurar la producción
Con un nuevo riego tras la mejora de los pantanos con las últimas lluvias || España, liderada por Ponent, podría incrementar la cosecha un 53% si se asegura el agua y tras un 2022 nefasto por las heladas

Un momento de la inauguración con las autoridades en la Llotja, que reunió a 140 personas.
El segundo riego de supervivencia puesto en marcha por el canal d’Urgell hace apenas dos semanas permite al sector frutícola de Lleida dar por salvados los perales que dependen de su agua. Ahora, confían en que la recuperación del volumen almacenado en los embalses gracias a las lluvias de las últimas semanas permita que se pueda articular un nuevo riego y, con ello, garantizar el futuro de la cosecha. Así lo explicó ayer el presidente del comité de pera y manzana de la patronal hortofrutícola española Fepex y vicepresidente segundo de la catalana Afrucat, Joan Serentill, en el marco de Interpera, que reunió a 140 expertos y profesionales de los diferentes países productores europeos.
Aunque aún es muy pronto para hacer previsiones, tanto porque sigue en el aire la disponibilidad de agua como los los riesgos de olas de calor y pedrisco, en estos momentos se calcula que España podría tener una producción de 190.600 toneladas, una cifra atribuida a Catalunya y La Rioja. Supone un incremento del 53% respecto al año pasado, pero hay que tener en cuenta que la producción fue nefasta por las mermas provocadas por las devastadoras heladas del mes de abril. “La cosecha podría ser muy buena si hay disponibilidad de agua”, remarcó Serentill.
Los agricultores han hecho aclarados intensivos en los perales, lo que podría facilitar mejores calibres que en la campaña que está a punto de acabar.
El sector productor europeo confía en buenos precios y Catalunya, además, en mejorar sus exportaciones
Los grandes países productores europeos en su conjunto tendrán una producción global que será la más baja en los últimos diez años. Pero la situación es muy dispar en función de los países y las zonas. En los Países Bajos confían en mantener o registrar un ligero descenso frente a 2022, cuando alcanzaron las 351.000 toneladas.
En Bélgica se augura un incremento del 6% y llegar a 345.000 toneladas. Portugal repuntará un 7% y llegaría a las 132.000, pero en Francia se prevé un derrumbe del 26% y quedarse con 109.000. Italia es una incógnita, pero las previsiones no son buenas, afectadas por heladas y también por inundaciones en Emilia Romagna.Precisamente, los problemas de producción en otros países, como Italia, puede abrir la puerta a exportaciones de Lleida y España en su conjunto si se confirma la recuperación de la cosecha local.Con estas bases, todo apuntaría a unos precios que deberían ser correctos.
Por un lado, no hay peras de la campaña pasada en las cámaras y se podría ofertar producción de mayor calidad, en especial en el capítulo de los calibres, y con algunos países con claros déficits de oferta que necesitarán comprar fuera lo que no han producido.
Los costes de producción y el consumo, dos de los grandes retos
Interpera analizó también los retos a los que se enfrenta el sector, entre los que destacan los costes de producción y mejorar los niveles de consumo de los hogares. El director de Afrucat, Manel Simon, apuntó que entre 2020 y 2022 el coste de la mano de obra se ha disparado un 22% y destacó que representa entre el 40 y el 55% de lo que se ha de invertir para conseguir la cosecha.
Uno de los datos aportados por los expertos es que el consumo de pera en Europa se ha reducido un 6% en un panorama que calificaron de complejo. Los países productores, por su lado, relacionaron las bajadas de compras con caídas en las cosechas y por tanto de la oferta. Los expertos confían en un repunte de la compra de pera teniendo en cuenta la tendencia a la baja de la inflación y, con ella, de mejores expectativas por parte de los consumidores.
También destacaron que España (-1,6%) y el conjunto de la UE (-1,4%) han reducido su superficie dedicada a perales entre 2018 y 2022. Por el contrario, Polonia la está incrementando, sustituyendo manzanos por perales. Otro de los aspectos a tener en cuenta será la de poder contar con relevo en las fincas y mano de obra.
El IRTA cuenta con 5 variedades de pera nuevas en fase final de test
El IRTA presentó ayer los resultados de veinte años de investigación en Lleida de nuevas variedades adaptadas al territorio y a una realidad cambiante marcada por el cambio climático. De momento, como publicó SEGRE, ya ha presentado la variedad comercial Tuti, adaptada a climas cálidos. Es el resultado de la colaboración público privada, con las empresas leridanas Nufri, Fruits de Ponent y Actel, junto a Poma de Girona.
El IRTA tiene ahora 13 selecciones en la fase 4 de investigación, con los últimos test, y 5 de peral. Es el último paso para poder llegar a su posible comercialización, como ha ocurrido con Tuti. El investigador frutícola del IRTA Joan Bonany quiso destacar la dificultad de conseguir nuevas variedades y que, además, los problemas se incrementan dependiendo del objetivo que se busca.
Por ejemplo, los esfuerzos son menores cuando se aspira únicamente una mejora de calidad, pero son máximos si se pretende conseguir una fruta con bajos requerimientos de frío. En este contexto, dijo que la mejora genética es un objetivo móvil. Es un proceso a largo plazo y es necesario reevaluar los objetivos de forma continua.
Por todo, calificó de necesarios recursos públicos.
‘Hemos perdido el reto de mitigar el cambio climático, hay que adaptarse’
EL catedrático de Física de la Universidad de Alcalá de Henares, Antonio Ruiz de Elvira, afirmó que “hemos perdido el reto de la mitigación del cambio climático y ahora tenemos 30 años para adaptarnos”. Afirmó que eso requerirá inversión.
Para luchar contra las heladas apuntó la posibilidad de riegos con vapor de agua, para combatir la sequía habló de buscar nuevas variedades y, para afrontar las olas de calor, buscar plantas con crecimientos más progresivos. Los gobiernos deberían instalar sistemas de capilarización en montañas y cuentas para evitar efectos devastadores de inundaciones. “ES costoso, pero las adaptaciones siempre han sido así”, sentenció.
Fue especialmente pesimista con respecto a las nevadas en toda Europa, donde augura menos precipitaciones de forma genralizada.