AGROALIMENTACIÓN ESTADÍSTICA
El Port de Tarragona dispara las entradas de cereales
En los siete primeros meses del año han aumentado prácticamente un 35%|| Las cosechas en Lleida se han hundido por la sequía
La actividad en el puerto ha crecido en especial en alimentación.
El Port de Tarragona ha registrado en el mes de julio un ascenso del 20,7% en el tráfico total de mercancías. Con un movimiento de 2,81 millones de toneladas, el balance de los siete primeros meses del año llega a superar las 19 millones de toneladas con un crecimiento del 3,7% en 2023, según informó ayer. En este contexto, los cereales registran en julio un aumento del 79,6% respecto al mismo mes de 2022 y, en lo que va del año 2023, ya se han alcanzado los 4,4 millones de toneladas, mientras que en la misma fecha del año pasado eran 3,2.
Supone un incremento del 34,9% en los datos acumulados. En consecuencia, los cereales (sin contabilizar los piensos y harinas) alcanzan el tercer mes con mayor movimiento de la serie histórica con 732.124 toneladas, sólo superado en enero de 2023 y octubre de 2022. Es la cifra más alta en tráfico de acumulado de enero en julio, y su mejor interanual con 5,77 millones de toneladas.
Las entradas se registran en un momento en el que los cerealistas, tanto leridanos como del conjunto del Estado, se enfrentan a una cosecha muy baja como consecuencia de la sequía. Pero otros grandes graneros mundiales, como pueden ser los americanos e incluso los del norte de Europa tienen buenas producciones. De ahí la fluidez en las importaciones, por una parte, y la caída de los precios en los mercados en origen de los cereales.
Las últimas previsiones de cosecha de la conselleria de Acción Climática, que datan del mes de junio, apenas esperaban en Lleida una producción de 120.735 toneladas de trigo, 217.272 de cebada y 140.665 de maíz. El año pasado eran 190.300 en trigo, 326.300 en cebada y 261.000 en maíz, también teniendo en cuenta la información del departamento que dirige David Mascort. En un contexto de sequía, como publicó SEGRE, los agricultores de Lleida han reducido las plantaciones de maíz buscando otros productos alternativos con menores necesidades hídricas.
Es el caso del girasol o el sorgo, pero, al mismo tiempo son menos rentables para los payeses.
