AGRICULTURA ANÁLISIS
Lleida da por perdida ya el 40 por ciento de la producción de forrajes por la falta de agua
La patronal advierte de las dificultades en especial de cuatro firmas del área del Canal d'Urgell
Los cereales han sido uno de los grandes damnificados por la sequía y las restricciones en los regadíos, pero la situación es especialmente difícil también para los productores de forrajes. Catalunya es la zona más afectada de todo el Estado y ya se da por perdida el 40 por ciento de la producción, con Lleida a la cabeza dado que es la líder en el sector. Así lo explica el director de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (Aefa), Luis Machín.
Aunque aún queda la parte final de la campaña, dado que tradicionalmente el último corte de forrajes tiene lugar en el mes de octubre, Aefa calcula que Catalunya apenas producirá 135.000 toneladas, cuando en un año que se pudiera considerar normal estaríamos hablando de unas 220.000. Machín alerta de que hay empresas muy afectadas por la imposibilidad del riego de las fincas ante las medidas adoptadas por el Canal d’Urgell y cita en concreto el caso de cuatro industrias que afrontan una situación “crítica” al no haber podido entrar la materia prima necesaria. Para poder afrontar la campaña, explica, han tenido que aprovechar la producción del primer corte y buscar otros productos para empacar.
En este contexto, se refiere a la necesidad de apoyos al sector y alude a la plataforma de afectados que esta trabajando en esta línea.Por otra parte, en el conjunto del sector forrajero estatal se prevé una producción de un millón de toneladas, una cifra que representa un 25% menos de lo que podría considerarse una campaña normal.En cuanto a la calidad, explica que en los dos primeros cortes se vieron afectadas por los problemas de falta de agua. Las lluvias de junio, por extraño que pueda parecer, tampoco jugaron en su favor de forma especial. Provocaron que la maquinaria no pudiera entrar en las fincas durante días.
Posteriormente, la calidad mejoró. La evolución de las cotizaciones en los mercados ha ido pareja a las noticias sobre la sequía y las dificultades de riego. Al comienzo de campaña, el sector apreció una cierta psicósis por parte de los ganaderos del Estado, que ante el miedo a poder quedarse sin producto para alimentar a sus rebaños, apostaron por hacer acopio de forrajes.
Eso se tradujo en rápidas ventas del primer corte y parte del segundo. Después, las lluvias de junio permitieron la recuperación de pastos, una evolución que frenó la urgencia de los ganaderos por acaparar producto. En estos momentos, la situación de compras en el mercado interior de forrajes se encuentra normalizada, en opinión de la patronal de las deshidratadoras.
En cuento a las exportaciones, sin embargo, se aprecia una cierto freno en las adquisiciones de países clientes habituales.