La renta agraria se hunde casi un 16% en un 2022 marcado por las heladas y la sequía

Agricultores y ganaderos denuncian que los costes de producción no dejan de crecer, mientras los precios que cobran por sus productos no lo hacen en la misma medida, lo que se traduce en una merma de ingresos. Los resultados de la segunda estimación de la renta agraria de la conselleria de Acción Climática les da la razón. El año pasado la renta agraria nominal se hundió en Catalunya un 15,89%. Pero el resultado es aún más abultado si hablamos de la renta agraria real, deflactada y teniendo en cuenta la evolución del IPC, porque la caída es de un 19,71%. El informe no hace un análisis por demarcaciones, pero el sector primario de Lleida viene a representar del orden del 40% de toda Catalunya y es líder en actividades como las de fruta fresca, porcino o bovino, por poner algunos ejemplos. La producción a precios básicos, a los existentes en el momento del cálculo y sin tener en cuenta la inflación, ha pasado de 1.779,74 millones en el año 2021 a 1.496,91 el ejercicio de 2022. Supone una reducción de casi 283 millones. La producción agrícola ha disminuido respecto al año anterior un -3,66%, principalmente por la caída de las caídas de las cosechas de la fruta fresco (-34,16%), los frutos secos (-49,02%) y los cítricos (-12,01%). Uno de los “culpables” son los llamados consumos intermedios, que se han disparado de 3.376,24 a 4.250,85 millones en solo un año, una aumento que roza el 26%. El principal indicador implicado en el incremento de los costes han sido los alimentos para el ganado (+644,91 millones), seguido de los fertilizantes (+87,62 millones) y la energía, carburantes y lubricantes (+86,95 millones). Los precios pagados por los payeses se han disparado: fertilizantes (+68,13%), carburantes y lubricantes (+60,88%) y los alimentos por el ganado (+34,54%).

La meteorología sigue siendo el gran enemigo del campo

La Generalitat explica que la sequía y las heladas que se dieron en abril de 2022, que afectaron principalmente a los cultivos de fruta fresca y frutos secos, contribuyeron negativamente en la producción agrícola. En concreto, bajó respecto a 2021 un 3,66%, principalmente por la caída de las cosechas de la fruta fresca (-34,16%) y los frutos secos (-49,02%). Por el contrario, los mayores incrementos se dieron en el aceite de oliva y plantas industriales, con un 20,36% y 5,93% respectivamente. Además, sus precios aumentaron un 33,64% y un 30,69% cada uno, en la pasada campaña. En el caso de la ganadería destaca que la producción de porcino cayó un 4,14%, pero por el contrario los precios se dispararon un 20,55%. En bovino, la Generalitat apunta un aumento productivo del 25,28% y de un 30,15% en los precios. En avicultura, bajó la producción (-5,40%) y subió el precio (19,33%).