AGRICULTURA MOVILIZACIONES
Los precios de los alimentos se multiplican por cuatro desde el campo hasta la mesa
Una manzana que en origen apenas se paga a 65 céntimos/kg, acaba a 2,60 euros en la cesta de la compra
Las carnes que más se encarecen a lo largo de la cadena son las de cordero, cerdo y ternera
Los agricultores están sacando sus tractores a las calles para denunciar y exigir soluciones a sus graves problemas, entre los que destacan la presión de unos costes al alza mientras los precios que cobran por sus productos se estancan o incluso bajan. Y es que los precios de los alimentos se multiplican por cuatro desde el campo hasta la mesa. Así lo apunta el último Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de enero, que elabora COAG, de la que forma parte JARC. Entre los productos agrícolas más importantes para el sector de Lleida se encuentra la manzana, que se valora en origen en 65 céntimos el kilo, pero cuando la compra un consumidor debe abonar unos 2,60 euros. En el caso de la pera la diferencia es algo inferior: hablamos de 72 céntimos en origen y de 2,60 euros en destino.
El aceite de oliva virgen extra es un rara avis dado que apenas se encarece un 17%, según el IPOD, porque la valoración en origen es de 8,70 euros el kilo y de 10,20 en el destino, con un incremento del 17% (1,17 euros). En este caso hay que tener en cuenta que el incremento de precio provocado por la baja producción debido a la sequía se está traduciendo en un menor consumo. En este contexto, industriales y distribución ajustan márgenes para intentar evitar más fugas de ventas hacia otras grasas.En los productos ganaderos, tanto el cordero, como el cerdo y la ternera llegan a ser cuatro veces más caros en la mesa que en la granja. Si al inicio de la cadena hablamos de 4,68, 1,66 y 5,45 euros el kilo, respectivamente, para ponerla en el plato habrá que invertir 19,2 euros, 13,28 o 21,30, a tenor del estudio. En el caso del pollo, el salto es de 1,19 a 3,28. La leche de vaca está cerca de duplicar el precio (de 52 a 92 euros el litro) mientras una docena de huevos medianos que en el principio de la cadena se valora a 1,67 euros las familias deben pagar del orden de 2,46. Agricultores y ganaderos afirman que todos eslabones han de ganarse la vida, pero insisten en que la gran distribución se beneficia de su poder de presión frente al sector primario, el punto más débil de la cadena.
Ramadera
¿A qué se dedica en el sector?
Soy ganadera y produzco leche de vaca en una granja en El Palu d’Anglesola junto a otros dos socios familiares. Soy hija de payeses, me casé con un granjero e hice una ingeniería ligada al sector, tengo ADN payés.
¿Ha participado en las manifestaciones?
El martes estuve en Fondarella con el tractor desde primera hora hasta la noche, cuando me tuve que volver a la granja. Los payeses sufrimos la crisis pero no podemos dejar de atender las granjas y las explotaciones. Era impresionante ver cientos y cientos de tractores copando todos carriles de la autovía. Muchos payeses al día siguiente marcharon rumbo a Barcelona, y algunos tractores no tenían capota. Nadie se imagina lo que puede suponer conducir durante horas con niebla y temperaturas incluso bajo cero cortándote la piel. Yo fui en coche porque tenía que recoger allí a mi hijo mayor. De regreso, en el túnel del Bruc, se me cayeron lágrimas cuando veía a payeses de vuelta a casa en sus tractores. Mi hijo me preguntó qué me pasaba. Una mezcla de orgullo payés y de rabia. Nos están ahogando con normas que no tienen ni pies ni cabeza y nos menosprecian (desde las admnistraciones).
¿Cuáles son las razones para estas movilizaciones?
Hay muchos problemas que arrastramos desde hace demasiados años, pero cada vez hay más. Nos quieren imponer una Política Agraria Común sin pies ni cabeza. Ahora el plan del agua prevé recortes de un 50% para ganaderos, de un 80% para agricultores y de un 25% para el sector turístico en situaciones de emergencia por la sequía. Es un sinsentido que se trate así al sector agrario. ¿Qué comeremos, turistas o aquello que produce el campo? Pero hay muchos más problemas, el precio del gasoil y su fiscalidad, trabajar con precios por debajo de costes o tener que luchar contra importaciones que no se han producido con las mismas estrictas normativas que sufrimos nosotros. Y por su fuera poco, una burocracia asfixiante.
En estas circunstancias cada vez hay menos payeses.
El sector está criminalizado, se habla de que está formado por latifundios o que es culpable de la contaminación, cuando no es así. Cuando con la Covid se pararon muchas actividades, como la industria o el transporte aéreo y buena parte del terrestre, la contaminación cayó en picado, mientras el campo seguía trabajando.
Es difícil que en este contexto el relevo generacional. ¿Sus hijos quieren continuar en la granja?
Es muy difícil que un joven quiera continuar si ve que se trabaja más horas que un reloj para, en el mejor de los casos, conseguir un sueldo básico. Mi hijo mayor está estudiando una ingeniería que nada tiene que ver con el campo y el pequeño está en bachillerato, pero no me quieren suceder en la granja. Hay que sufrir mucho.
Como en las movilizaciones
Para ir el martes a Fondarella, me levanté las 5.30 para ir a la cuadra y después a la concentración. Pero para que yo pudiera manifestarme, otros compañeros se tuvieron que hacer cargo de mi trabajo en la granja. A los payeses manifestarnos nos cuesta dinero.
¿Cómo?
Un tractor gasta 50 euros por hora y se tardaron 9 horas en llegar a Barcelona. Hablamos de 450 euros, a los que hay que sumar otros 250 de regreso, porque se redujo el tiempo a 4 o 5 horas. Son 700 para un tractor normal, una cifra que en el caso de los más pequeños supone 200 euros de ida y 90 de vuelta. A eso hay que sumar la comida de dos días y para aquellos que se quedaron la noche del miércoles en la ciudad condal el hotel. Todo junto, la broma nos ha costado cara. Además, algunos payeses han recibido multas por obstaculizar la circulación mientras seguían las instrucciones de los Mossos y la Urbana sobre cómo debían salir de Barcelona.