AGROALIMENTACIÓN ANÁLISIS
Críticas a la FCAC por la fórmula de reparto de las ayudas por las heladas
Las cinco entidades disidentes también censuran que planteara fondos de inversión como apuesta de viabilidad
La crisis abierta en el mundo del cooperativismo agroalimentario ha estallado a raíz de las últimas movilizaciones de agricultores, como “gota que colma el vaso”, pero los problemas y las diferencias vienen de mucho más lejos. De momento cinco entidades han solicitado su baja de la Federació de Cooperatives Agroalimentàries de Catalunya (FCAC). Son la Fruitera de Corbins, Agrària Sant Roc d’Albesa, Agrícola d’Alcoletge, Fruitera de Torrelameu y Sant Faust de Alguaire, aunque no descartan que se sume alguna entidad más en una crisis con diferentes raíces. Insisten en que no se sienten bien representadas por la Federació y recuerdan, entre otros casos, el plan de ayudas a las entidades asociativas después de las gravísimas heladas de abril de 2022. Tras las negociaciones con la conselleria de Acción Climática, quedaron fijadas en 200.000 euros por cooperativa, sin tener en cuenta el volumen de producción o facturación de cada una de ellas, “apuntándose el tanto la FCAC”. Así lo explica el presidente de la cooperativa de Corbins, Federic Moncasi, como portavoz de este colectivo, un plan que no ha satisfecho al sector, explica.
Añade que el movimiento cooperativo está fundamentado en el socio de base, en el agricultor o ganadero, y en el territorio y por ello también censuran que desde la FCAC, asegura, se planteara a grandes entidades del sector de Lleida la apuesta por trabajar con fondos de inversión para apuntalar su negocio. Moncasi y otras fuentes consultadas con este diario aseguran que representa “ir en contra del cooperativismo”. “El presidente (de la FCAC) acompañó a fondos de inversión a hablar con dos cooperativas referentes de las comarcas de Lleida. Nosotros siempre estamos arraigados en el territorio y el payés, y ellos parece que han perdido el norte”, asegura. Esta noticia, confirmada por otras fuentes del sector, se produce en un momento en el que Antel Grup y Fruits de Ponent están trabajando en un proyecto empresarial agroalimentario, cuyo objetivo es el de sumar fuerzas y generar nuevas oportunidades para sus socios. El plan se concreta con una sociedad compartida o sociedad limitada, pero es una fusión, que gestionará de forma única los negocios de ambos grupos: fruta de hueso y pepita, aceite, almendra, energía y economía circular y todos los servicios destinados a socios y socias. Este proyecto, que tiene ADN cien por cien cooperativo, ha de ser refrendado en breve por las asambleas generales de ambas entidades.Entretanto, los críticos insisten en que desde la dirección de la Federació, “aunque sabemos que no todo el consejo rector piensa igual”, se toman decisiones con las que no se sienten “ni respetados, ni cómodos, ni nos agradan”. Todas las miradas apuntan hacia la presidencia, que confía en poder reconducir una situación especialmente difícil para la FCAC y se anuncia una reunión en los próximos días.