AGRICULTURA DEBATE
La FCAC urge inversiones en riego o “la cruel situación expulsará a muchos payeses”
Cajamar defiende que “el valor está en el regadío”, que crece en hectáreas pero gastando incluso menos agua
Críticas a la Unión Europea por normativas que se olvidan del mercado y del consumidor
El cambio climático es una realidad y períodos de sequía como el actual ponen sobre la mesa la necesidad no solo de afrontar el problema que se presenta al campo en estos momentos, sino tomar medidas para el futuro. Así quedó claro el viernes en la jornada organizada por la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) en Lleida, donde su presidente, Ramon Sarroca, advirtió que “necesitamos una gran inversión en regadíos (para conseguir la máxima eficiencia) o la problemática cruel echará a mucha gente de diferentes sectores”. “El problema del agua es estructural”, remarcó.
El presidente de Cajamar y ex director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, Eduardo Baamonde, destacó que solo el 22% de la superficie agrícola hoy se sitúa en zonas de regadío en el Estado, pero representan el 66% por ciento del valor de la producción, dos datos que le sirvieron para defender que “el valor está en el regadío. Tenemos que regar España”, defendió. Y lo hizo también reclamando pedagogía y difusión del trabajo del sector porque el incremento de superficie en riego se está llevando a cabo con una reducción del consumo, porque hoy más de la mitad de las hectáreas cuentan con sistemas localizados. Pidió explicar que, además, son inversiones ligadas a la energía verde porque buena parte de los sistemas cuentan con placas fotovoltaicas para poder contar con la electricidad suficiente para esos sistemas eficientes.Baamonde destacó que los tres eslabones del sector agroalimentario, producción, industria y distribución, son un 32% más productivos que el promedio de la Unión Europea. Pero las tasas son muy diferentes. Mientras que industria y distribución superan la media en un 9%, la tasa se dispara hasta el 120% en el sector primario. Insistió en que el problema del sector no es el de productividad o competitividad, teniendo en cuenta que desde 1982 ha sido capaz de multiplicar por cinco sus exportaciones. En este punto urgió al sector a incrementar las partidas destinadas a innovación para no perder el tren del futuro porque, dijo, es clave poder diferenciarse en productos para hacerlo también en precios.No ahorró críticas a la Unión Europea, que dijo que legisla para la sociedad, que equiparó con los votantes, y no para el mercado, como sinónimo del consumidor. El votante, dijo, aboga por más sostenibilidad y el consumidor compra por precio. En este contexto, se quejó, la legislación va en contra de la producción porque “el payés no puede competir en un mercado abierto con las manos atadas”.