La producción de forraje en Lleida se hunde el 24% la última campaña
La sequía ha golpeado con dureza al sector, que se queda con 165.244 toneladas
Las deshidratadoras de forrajes de Lleida habían advertido que la última campaña 2023-2024 habíaN sufrido los estragos de la sequía y diezmado su producción. Ahora, la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (Aefa) ha hecho balance, y sitúa la producción del sector de Lleida en apenas 168.000 toneladas, lo que supone un descenso estrepitoso del 24%. La caída es mucho más importante que en las firmas vecinas de Aragón, con una caída del 17%, de hecho, es la comunidad autónoma con menor retroceso, mientras que en el lado opuesto se sitúan las dos castillas, en este caso con un derrumbe de su oferta del 35%. La producción total de las empresas del sector deshidratador español fue de 980.906 toneladas, una cifra que es un 22% inferior a la registrada en la temporada anterior. Aragón ha producido el 61% de total de España (604.000 toneladas), seguida de Lleida con el 17% (165.244 toneladas) y de Castilla y León con el 10%. La producción de granulado baja levemente en 23.000 toneladas, mientras que la de balas tiene un descenso notable, con una pérdida aproximada de 130.000 toneladas respecto a la campaña anterior.
Por otra parte, los cerealistas de secano de las comarcas de Lleida afectados la pasada campaña por la sequía recibirán 5,7 millones de euros en ayudas extraordinarias comprometidas por el ministerio de Agricultura para compensar las pérdidas. Así lo explicó ayer el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín, en su visita a un campo de trigo situado en el término municipal de El Palau de Anglesola que el año pasado no pudo regar como consecuencia de la falta de lluvias y del cierre del riego en el Canal d’Urgell a finales de abril. Acompañado de Josep Maria Serrano y Lorena Jurado, propietarios de la finca, el subdelegado conoció las expectativas y previsiones de los payeses de la zona que, explicó, “confían en una mejor temporada que la del año pasado donde, debido a la sequía, se priorizó el riego en los árboles frutales en detrimento de los cultivos de cereales”.
En otro orden, la Comisión Europea ha ampliado hasta el 31 de diciembre la flexibilización de las ayudas de Estado para agricultura, pesca y acuicultura. Ha enmendado el marco temporal de crisis y transición para permitir a los Estados “dar cantidades limitadas de ayudas a las compañías activas en estos sectores otros seis meses”, ha informado Bruselas.