La Generalitat, el gobierno valenciano y el Estado se alinean para rechazar la OPA del BBVA sobre el Sabadell
Ola de reacciones de partidos, sindicatos y patronales alertando de los riesgos de la operación financiera
El interés del BBVA por apoderarse del Banc Sabadell a través de una OPA hostil ha alineado este jueves las voces de la Generalitat de Catalunya, el gobierno valenciano y el del Estado. También dirigentes de ERC, el PSOE, Sumar y el PP se han unido, en plena campaña del 12-M, para alertar de los riesgos que tendría la operación a escala financiera, de competencia y de cohesión territorial. La ola de reacciones contrarias a una eventual fusión ha sumado a los sindicatos, que ven con malos ojos una compra que podría derivar en despidos y cierres de sucursales, y entidades de usuarios de banca como Asufin, hostiles a cualquier movimiento que reduzca la competencia en un sector que cuenta ya con un elevado nivel de concentración.
El primer actor a mostrar su oposición a la OPA ha sido el mismo gobierno español. Desde primera hora de la mañana, fuentes del ejecutivo de Pedro Sánchez han mostrado su distancia con la operación y han avisado de los problemas que podría generar en la estabilidad financiera del Estado. Desde el equipo del ministro de Economía, el socialista Carlos Cuerpo, se han puesto en contacto con las entidades y han criticado "el fondo y la forma" en que se ha gestado la operación.
También el ala más progresista del gobierno español, encabezada por la vicepresidenta segunda y líder de Sumar Yolanda Díaz, ha exhibido hostilidad con los planes del BBVA. Si bien Cuerpo ha resaltado los "efectos lesivos potenciales" que podría tener la unión de los dos bancos para la economía española, Díaz ha ido más allá avisando de que la operación es contraria a los intereses de España y provocaría "más oligopolio".
El gobierno español también se ha esforzado en avisar de que tendrá "la última palabra" sobre una fusión que, en caso de salir adelante, concentraría el 70% del sector bancario español en tres únicos operadores: el Banco Santander, CaixaBank y la entidad que surja de la fusión del BBVA y el Banco Sabadell. Por la Moncloa, eso sería perjudicial para los clientes y para la estabilidad del circuito bancario del Estado.
Oposición en Barcelona y Valencia, silencio en Bilbao
A escala territorial, la operación ha encontrado la puerta cerrada en Cataluña, de donde es originario el Sabadell, y en la Comunidad Valenciana, donde la entidad tiene su sede desde el 2017. Por parte de la Generalitat, el presidente Pere Aragonès se ha mostrado "frontalmente" contrario a la OPA y ha avisado de que la fusión aumentaría una falta de competencia ya preocupante, destruiría puestos de trabajo y disminuiría el poder económico de Cataluña. "Es el camino equivocado y trabajaremos para evitarla", ha remarcado.
Más contundente todavía ha sido el presidente valenciano, el popular Carlos Mazón, quien ha dicho que está "absolutamente en contra" de la OPA. "Es una operación en contra de Alicante, de la Comunidad Valenciana y del consumidor", ha afirmado este jueves. Según su opinión, la operación impulsada por el BBVA "no tiene ningún sentido", se ha hecho en unas formas "absolutamente soberbias e intolerables" y se tiene que detener como sea.
Por parte del gobierno vasco, en cambio, se ha impuesto el silencio sobre la operación liderada por el BBVA, con sede en Bilbao. La última vez que el ejecutivo de Íñigo Urkullu, ahora en funciones, se refirió a la operación fue este martes. En aquel momento, la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, se limitó a decir en rueda de prensa que no tenía ninguna información sobre las intenciones del banco y apostó por la cautela.
Oposición sindical y división patronal
Los sindicatos mayoritarios han exhibido este jueves una oposición rotunda a la OPA. Desde CCOO ha expresado una "preocupación máxima" y han avisado de que esta puede ser "la primera de una nueva etapa de concentraciones" bancarias que aumentaría los problemas ya existentes de exclusión financiera. UGT ha reclamado que las plantillas no paguen "el coste" de la operación en un contexto de beneficios récord. También entidades como Asufin han avisado del cierre de oficinas y la pérdida de puestos de trabajo, que la asociación cifra en hasta un tercio del total.
En contraste con la unidad de las organizaciones de trabajadores, las patronales han mostrado cierta variedad de posicionamientos. La CEOE, de ámbito estatal, ha pedido al gobierno español que deje que sean los accionistas del BBVA y el Banc Sabadell los que decidan sobre el futuro la compra. "Con respecto a las decisiones que se quieran tomar desde el ámbito privado", ha dicho Garamendi en la prensa en un acto en Madrid. Fomento, en cambio, ha alertado en un breve comunicado de los efectos que tendría la fusión para las pymes, posición compartida por PIMEC.
OPA en plena campaña
La OPA anunciada por el BBVA también ha captado la atención de los políticos catalanes en plena recta final para las elecciones del 12-M. En este contexto, muchas formaciones han marcado posición sobre el asunto. Por parte de Juntos, el expresidente Carles Puigdemont ha ligado la operación financiera a una "estrategia" pensada para "liquidar la actividad bancaria catalana". También la candidata de los comunes, Jéssica Albiach, se ha opuesto a la fusión y ha pedido al gobierno español que "pare los pies" en el BBVA. Alejandro Fernández, candidato del PPC, ha admitido estar "enormemente preocupado" por la operación si esta perjudica las pymes y la competencia.