POLÍTICA AGRARIA
Mejorar la gestión de las crisis agrarias, reto de Bruselas
Para afrontar desequilibros que golpean al sector agroalimentario
Cuando se cumple una década del veto ruso a la fruta
La nueva Comisión Europea que se ha de conformar tras las últimas elecciones en la UE tendrá encima de la mesa una de las grandes preocupaciones del sector agroalimentario: reformar cómo se afrontan las gestiones de crisis. Los ministros de Agricultura de la UE comenzaron, el pasado mes de mayo, un debate político sobre las vías para mejorar, pidiendo a la Comisión Europea recursos financieros adecuados capaces de responder de manera rápida y específica a los diversos riesgos, debate que continuará durante la nueva legislatura. Así lo recuerda la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), de la que forma parte la patronal catalana de productores Afrucat.
En el sector hortofrutícola muchas de las crisis vienen provocadas por desequilibrios entre la oferta y la demanda interna comunitaria, y en otros casos, por desequilibrios provocados por el crecimiento de las importaciones. Por todo ello, Fepex considera que es necesaria la modificación de las medidas de gestión de crisis existentes en la actualidad.Todo ello, además, coincide con el décimo aniversario del cierre de fronteras de Rusia a productos agroalimentarios europeos como respuesta a las medidas impuestas a Moscú por la invasión de Crimea. En 2013, antes del veto, la exportación directa de frutas y hortalizas españolas a Rusia totalizó 230.729 toneladas, pero el volumen real se considera muy superior dado el fuerte peso de las reexportaciones desde otros Estados miembros, como Francia, Países Bajos y Polonia. De las 230.729 toneladas exportadas por España a Rusia en 2013, un total de 161.356 toneladas correspondieron a frutas, destacando la fruta de hueso con 35.250 toneladas de melocotón y 29.525 toneladas de nectarina de ventas directas. En el caso de Lleida, se perdió un mercado que absorbía entonces 50 millones de kilos y representaba una facturación que, dependiendo de las campañas y los precios, podía suponer 56 millones de euros. Fepex recuerda que las medidas que adoptó entonces Bruselas fueron insuficientes.