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No hay límites en el trabajo

Entidades sociales consiguen que decenas de leridanos con discapacidad se incorporen al mundo laboral

No hay límites en el trabajo - FUNDACIÓ PRIVADA ILERSIS

Publicado por
CRISTINA SEGURA

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Una de cada diez personas con discapacidad intelectual está trabajando en España. El 78% de las personas tienen interés en encontrar empleo, pero solo el 29% lo consigue. Hoy presentamos cuatro ejemplos de leridanos que sí lo han logrado.

Cualquier persona, con discapacidad o no, tiene el derecho de poder trabajar, de sentirse realizada, aunque la realidad es que para las personas el hecho de formarse o encontrar un empleo les puede resultar más complejo. Para facilitarles este objetivo existen las asociaciones y fundaciones que ofrecen un apoyo integral, desde la orientación profesional y la formación hasta el acompañamiento en el proceso de búsqueda de una salida laboral. Estas entidades no solo facilitan herramientas y recursos, sino que también brindan el apoyo emocional y la motivación necesarios para superar los obstáculos y alcanzar los objetivos laborales. En este reportaje explican sus experiencias Sara, Víctor, Meri y Ami, cuatro trabajadores con discapacidad que son un ejemplo de inserción laboral, formando parte de ese 29% de este colectivo que han conseguido encontrar un puesto. Además, a estas personas les han ayudado la asociación Aspid, la fundación privada Ilersis, la asociación Down Lleida y la fundación Aspros, respectivamente. Estas entidades sociales han conseguido que decenas de personas hayan logrado incorporarse laboralmente este último año. También hay muchas otras fundaciones en Lleida que contribuyen a este objetivo.

«He logrado hacer de lo que me gusta y no en un centro»

Sara Ventaja, leridana de 28 años, es dependienta en la tienda Encuentro desde hace dos años y medio situada en la plaza Sant Joan. Trabaja doce horas a la semana con un horario de tres horas al día para poder enseñarle sin prisa sus tareas y así las pueda aprender bien. Anteriormente, había trabajado en Decatlón durante seis meses.“Desde el 2017 empecé a buscar trabajo y me ayudó la Associació Aspid. Ya había hecho las prácticas en Encuentro dentro de un programa para coger experiencia laboral y hace dos años y medio me llamaron para trabajar aquí y acepté”, afirma. Aspid consigue que anualmente se integren laboralmente entre el 20% y el 30% de las personas atendidas.“Somos como cualquier persona, solo necesitamos adaptabilidad y actualmente cuesta mucho encontrar un trabajo donde estén dispuestos a hacerlo. En mi caso es simplemente explicarme las cosas más despacio, a otro ritmo. A lo mejor otra persona tarda tres meses, mientras que yo necesito seis, pero lo aprendo igual de bien”, asegura. “Hay muchas empresas que no me contrataban porque no podían adaptarme el puesto. Solamente me cuesta subir escaleras para coger algo y cargar peso, pero todo lo demás puedo hacerlo”, replica.De cara al futuro afirma que “mi sueño es trabajar de monitora de lleure con niños, pero no acabé la ESO porque no me sentía a gusto en ese entorno escolar y la mayoría de profesores no me ayudaban ni me daban facilidades. Había asignaturas en las que me tenía que llevar un libro para leer por mi cuenta”. Pero afirma que actualmente se está esforzando mucho para lograr su objetivo de ser monitora y, a pesar a no haber finalizado la ESO, va haciendo cursos y está muy convencida de poder cumplir su sueño.El año pasado Aspid consiguió que 144 personas con discapacidad encontrasen trabajo.

«Me gusta mucho el ambiente profesional, estoy muy cómoda»

Ami Sumary, de 23 años, esta trabajando desde hace unas tres semanas en el ámbito textil de la tienda Pepco, ubicado en la Av. de les Garrigues de Lleida. Lleva a cabo tareas de dependienta y organiza la ropa, entre otras cosas. Trabaja cuatro horas al día en turnos rotativos de mañana o tarde según convenga, de lunes a sábado, con un día de fiesta a la semana. Hace dos años estuvo trabajando de dependienta, de camarera y en un almacén. “Estuve buscando empleo constantemente hasta que lo encontré”, asegura. “En el mes de septiembre trabajaré y estudiaré a la vez, he hablado con Pepco para incorporarme el mes que viene en turno de tarde para poder estudiar por la mañana y asistir a un curso de administración en Incorpora”.Desde el Programa Incorpora de la Fundación La Caixa impulsan la integración sociolaboral de las personas con riesgo de exclusión social para que puedan encontrar un empleo. Durante el primer semestre de este año ha facilitado puestos de trabajo a 91 personas con discapacidad. También ofrecen diferentes cursos para formar a las personas con discapacidad y aumentar así las posibilidades de encontrar empleo. “Tenía miedo al empezar la faena, pero la verdad es que han sido todos muy acogedores y me siento bastante bien, estoy aprendiendo poco a poco sin presiones. Hay mucho trabajo, pero es fácil”, asegura.“Me estoy replanteando iniciar una carrera universitaria de periodismo, cine o algo semejante el año que viene, porque realmente me interesan estos ámbitos”.

«Mi madre me ha traído al mundo así y yo soy como soy»

Meri Bueno es trabajadora del McDonald’s situado en la calle Carmen Laforet de Lleida desde noviembre del año pasado, es decir desde hace 10 meses. Se encarga de recoger y limpiar la sala. Anteriormente, había trabajado en varios lugares como por ejemplo en SEGRE durante unos 10 años. “Meri quería ser artista, por eso pensamos en Grup SEGRE, que incluye la televisión y podría conocer a gente famosa y efectivamente le encantó” afirma Maite, una técnica del proyecto de inserción laboral Integra XXI. El año pasado se cumplieron 20 años desde el inicio de este proyecto impulsado por la Associació Down Lleida. En su momento fue un proyecto pionero en Lleida porque usaba la metodología del trabajo con apoyo en la empresa ordinaria. Se creó con el objetivo de dar respuesta a todos aquellos chicos y chicas que querían trabajar. Empezó con 6 personas y ahora ya beneficia a unas 73.“Mi madre me ha traído al mundo así y yo soy como soy. Ha sido difícil encontrar trabajo, porque no es fácil conseguir algo que te guste y encima con 40 años. La ocupación de ahora me encanta, me gusta el contacto con la gente y con los compañeros estoy muy a gusto”, asegura.“Para hacer bien tu trabajo primero te tiene que gustar, debe mantenerte motivado, tener ganas de ir y sentirte realizado”.

«Me ofrecieron el puesto desde la Fundació y estoy contento»

Víctor Espinosa, de 25 años, es un trabajador del Centre Especial de Treball (CET) de la Fundació Privada Ilersis de Lleida dentro del área de hostelería en Bo de Shalom. El CET Ilersis da apoyo a la actividad profesional de las personas con discapacidad intelectual y con riesgo de exclusión social. Bajo este marco, hay varias actividades como la carpintería, servicios de limpieza, jardinería y catering, entre otros, que ocupan a 119 personas con discapacidad. El horario de trabajo de Víctor es de lunes a sábado de 08.00 hasta las 15.00 horas y algún día puede hacer también de tarde si se necesita refuerzo en La Gremial.“Hace 3 años del contrato, pero antes estaba en la Ocupacional, y después salió la Formación Profesional Ocupacional Dual y empecé a trabajar de camarero en la Llotja y en La Gremial. Es teoría y práctica a la vez”. explica Víctor. Se trata de un contrato de formación en alternancia, con el que combina la parte teórica con la práctica. Hacen 40 horas a la semana, pero dentro de ese tiempo hay un porcentaje de formación y otro de laboral.“Me ofrecieron el puesto desde la Fundació y estoy contento. Me siento muy integrado en el trabajo, con los compañeros, el ambiente..., estoy muy contento”, asegura Víctor. Incluso afirma que este año estuvo unos meses de baja por una intervención quirúrgica y ya quería volver al trabajo y estar en contacto con sus compañeros y con la gente, el poder relacionarse y sentirse realizado. Según su madre, “es una persona reservada y tímida y el hecho de poder estar en este lugar de trabajo le ayuda mucho. Han formado un gran equipo y los considera de su familia. El contacto con la gente, el ser camarero y estar pendiente de los clientes también le ha ayudado a abrirse y socializar más. Yo pienso que ha crecido como persona y para mí es una gran satisfacción verle tan contento e ilusionado”.

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