Un 73% de los españoles rechaza la desaparición del efectivo, pero la mayoría no lo usa
Un reciente estudio elaborado por la empresa PaynoPain revela que el 73% de los españoles considera que la desaparición del uso del dinero en efectivo sería una mala noticia para la sociedad, a pesar de que la mayoría de la población no lo utiliza en su día a día. Este dato subraya la importancia simbólica y práctica que el efectivo aún tiene para muchos ciudadanos, aunque su uso esté en claro declive, especialmente entre los más jóvenes.
La encuesta desglosa el uso del efectivo en función de los tramos de edad, revelando una tendencia clara hacia la digitalización en los métodos de pago. En la población más joven, de entre 18 y 25 años, solo un 11% sigue utilizando efectivo de manera regular. Este porcentaje disminuye drásticamente al 1,3% entre los españoles de entre 26 y 40 años, una franja de edad que tiende a adoptar métodos de pago electrónicos con mayor rapidez.
Por otro lado, el uso del efectivo aumenta ligeramente en la población de mayor edad. En el tramo de entre 41 y 60 años, el 16% sigue recurriendo al dinero en efectivo, mientras que este porcentaje sube al 19% entre las personas mayores de 60 años. Estos datos muestran que, si bien el efectivo se está utilizando menos en general, sigue siendo una opción relevante para ciertos sectores de la población, particularmente los más mayores.
El informe también detalla las situaciones en las que los españoles aún prefieren utilizar efectivo. La mayoría de los encuestados señala que recurre al dinero físico principalmente en pequeños comercios y para dejar propinas, dos contextos donde las transacciones suelen ser más informales o de menor importe.
En cuanto a la cantidad de dinero en efectivo que los españoles suelen llevar consigo, las respuestas están bastante equilibradas. Aproximadamente un 30% de los encuestados lleva más de 20 euros en efectivo, mientras que otro 30% afirma llevar más de 50 euros, lo que demuestra que, aunque no sea la forma predominante de pago, muchos ciudadanos prefieren tener dinero en efectivo a mano para ciertas ocasiones.
A pesar del apego de una parte significativa de la población al efectivo, la encuesta revela que los consumidores españoles están cada vez más dispuestos a adoptar nuevas tecnologías en lo que respecta a los métodos de pago. Un 69,5% de los encuestados asegura estar dispuesto a probar sin problema las nuevas formas de pago emergentes, como las aplicaciones móviles, los pagos contactless y las criptomonedas, lo que demuestra una creciente apertura hacia la digitalización y la innovación en este ámbito.
Por el contrario, un 30,2% de los españoles encuestados sigue prefiriendo los métodos de pago tradicionales, lo que incluye el uso del efectivo y las tarjetas bancarias convencionales. Este sector de la población, aunque en minoría, sigue valorando la seguridad y la familiaridad que les ofrece el manejo del dinero físico y los pagos tradicionales.
La desaparición del efectivo: Un debate abierto
El hecho de que un 73% de la población considere que la desaparición del efectivo sería una mala noticia refleja una preocupación subyacente en la sociedad española. A pesar de que el uso del dinero físico ha disminuido considerablemente, su desaparición plantea dudas sobre la accesibilidad de los medios de pago para ciertos colectivos, como las personas mayores, que están menos familiarizadas con la tecnología.
Además, el efectivo sigue siendo percibido como una opción importante en situaciones de emergencia o en lugares donde los métodos de pago electrónicos no son accesibles, como en zonas rurales o comercios pequeños. También existe la percepción de que el efectivo garantiza un mayor control sobre los gastos personales, al ser un recurso tangible y limitado, lo que lo hace atractivo para quienes buscan una mayor consciencia financiera.
A medida que avanzamos hacia una sociedad cada vez más digitalizada, el futuro del efectivo es incierto. Si bien la tendencia general apunta hacia una adopción creciente de métodos de pago digitales, el efectivo sigue manteniendo un lugar especial en la vida cotidiana de muchos españoles. Los avances en tecnología financiera, como el desarrollo de pagos a través de criptomonedas y sistemas de blockchain, están redefiniendo la manera en que los consumidores interactúan con el dinero, pero aún queda un camino por recorrer antes de que el efectivo desaparezca por completo.
La digitalización trae consigo múltiples beneficios, como la comodidad y la rapidez en las transacciones, pero también plantea desafíos en cuanto a la inclusión financiera. Los responsables de las políticas públicas y los actores del sector financiero tendrán que encontrar un equilibrio entre fomentar la innovación y asegurar que nadie quede excluido en el proceso.