Empieza la recolección de maíz en Ponent en una campaña que se prevé "normal" y con precios ajustados
La producción media se sitúa entre 12 y 14 toneladas por hectárea con la araña roja como principal afectación
Les comarcas de Ponent han empezado esta semana la recolección del maíz en una campaña que se prevé "normal" con respecto a producción y con unos precios inferiores respecto del año pasado. La producción media oscila entre los 12.000 y los 14.000 kilos por hectárea, si bien buena parte de los productores se mantendrán este año en la parte baja de esta horquilla, en parte, por plagas como la araña roja, según ha explicado el cagricultor y miembro de la comisión permanente nacional de Unió de Pagesos (UP), Jaume Pedrós. Asimismo, el precio ha pasado de los 340 euros la tonelada del año pasado en los 215, una caída importante que deja un margen ajustado a los productores que en los últimos años han visto como los costes de producción no han parado de aumentar.
"Es un año que prometía mucho, parecía que sería muy bueno, pero será normal", ha indicado el productor de Linyola Jaume Pedrós. La principal afectación que sufren algunos campos es la araña roja, un insecto que hace que la planta se seque antes de tiempo cuando la piña todavía no está formada del todo. Eso hace que la cosecha se mantenga como en un año "normal", entre 12 y 14 toneladas por hectárea.
La principal dificultad de la campaña de este año, sin embargo, es el precio, que ha caído más de un 35% respecto del año pasado. En el 2023 la tonelada de maíz se pagaba a 340 euros, mientras que hace dos semanas el precio había caído hasta los 200 y ahora se ha recuperado ligeramente en torno a los 215. Este precio, sin embargo, permite cubrir costes y poca cosa más, señala Pedrós, que considera que para que el agricultor pueda ganarse la vida dignamente, el precio no tendría que bajar de los 250 euros la tonelada.
Por otra parte, el miembro de UP también ha destacado la poca producción de este cereal en primera cosecha por segundo año consecutivo, en especial, en la zona regada por el canal de Urgell. El motivo, explica, es que el maíz consume mucha agua y antes de sembrar a los campesinos no tenían el riego asegurado. Además, muchos productores que habían dejado los campos yermos por el cierre del canal optaron por cultivar cereales de invierno.
Los productores del canal de Urgell que sí han plantado maíz han tenido que regar por primera vez con la nueva medida hidro del canal de Urgell, que equivale a un riego. La comunidad de regantes ha asignado cinco hidros, pero para hacer maíz hacen falta siete, hecho que ha obligado a los productores a pasarse hidros de otros campos que tuvieran. "La ventaja de l'hidro es que sabes el agua que tienes. La desventaja es que a veces te pasa el agua por el lado y no te dejan regar porque|para que o no tienes hidros o no has pedido el agua", explica Pedrós.
Según las previsiones de agosto del Departamento de Agricultura, este año se producirán en Cataluña 178.690 toneladas de maíz cultivadas en 18.377 hectáreas, la mayoría en la demarcación de Lleida. Es una cifra que se recupera después de la bajada del 2023 por la sequía en que se produjeron 128.820 toneladas en 14.693 hectáreas. Sin embargo, todavía queda lejos de las 404.016 toneladas en 40.122 hectáreas recolectadas el año 2022