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Un juzgado perdona una deuda de 35.000 euros a un vecino de Guissona que se arruinó tras pedir préstamos para ayudar a su familia

Sucedió durante la pandemia por la covid, cuando el hombre perdió posteriormente su trabajo y no pudo hacer frente a las obligaciones que había contraído

Vista general de la seu dels jutjats de Lleida al Canyeret. - SEGRE

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El Juzgado Mercantil número 1 de Lleida ha perdonado una deuda de 34.927 euros a un vecino de Guissona cuya situación de insolvencia se originó con los préstamos que solicitó para ayudar a sus padres durante la pandemia del coronavirus y, posteriormente, perder su trabajo, lo que le imposibilitó hacer frente a sus obligaciones. De este modo, el juez ha aplicado a Ley de la Segunda Oportunidad, según ha anunciado la defensa del hombre, ejercida por Bergadà Abogados

Según explican los abogados, desde su llegada a España la prioridad del hombre fue encontrar trabajo con la finalidad de poder pagar los gastos derivados de su propio sustento y ayudar económicamente a su familia que reside en su país. De hecho, logró su objetivo y, de este modo, tener una estabilidad económica.

No obstante, sus padres se vieron afectados por la pandemia del coronavirus del 2020 y, como consecuencia de ella, perdieron los puestos de trabajo y su fuente de ingresos. Por ello, el hombre solicitó una serie de créditos con la finalidad de poder proporcionar ayuda a su familia, haciéndose cargo de gastos tales como la comida o la vivienda. A esta situación, hubo que añadirle los gastos derivados del cuidado y manutención de su hijo menor de edad y el dinero que mensualmente le envía a su madre, con el objetivo de comprar medicamentos por su delicado estado de salud.

No obstante, recuerda que "con los ingresos que tenía, debido a mi trabajo, podía hacer frente a las obligaciones que había contraído con las entidades bancarias, aunque he de reconocer que no tenía la libertad anterior y me tenía que apretar más el cinturón. Tenía claro que mi familia lo estaba pasando mal y les tenía que ayudar económicamente, por lo que hice un gran esfuerzo por ellos".

Todo se complicó el pasado mes de abril, cuando el hombre perdió su trabajo. "Mis ingresos se redujeron drásticamente y, aunque lo intenté de todas las maneras posibles, se me hizo imposible hacer frente a los préstamos que había contratado, ya que no podía cubrir mis necesidades básicas", tales como la comida o el alquiler de su vivienda, explica. Incluso, intentó hacer una renegociación de la deuda con las entidades bancarias y que el seguro contratado por si había alguna adversidad se hiciera efectivo, "pero se negaron. Además, me exigían numerosos documentos y cuando los aportaba todo eran trabas", lamenta.

Por su parte, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, indica que "debido a una serie de adversidades ajenas a él se vio inmerso en una situación que nunca se habría esperado".

Bergadà ha afirmado que se estableció una primera reunión con el hombre y tras aportar la documentación solicitada "de inmediato vimos que se trataba de un deudor de buena fe, por lo que se podía acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad con el objetivo de que se le exonerara el pasivo insatisfecho. Así que rápidamente se inició el correspondiente procedimiento".

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