LABORAL SINDICATOS
Camil Ros defiende en Lleida la reducción de la jornada
Acusa a la patronal de bloquearla en los convenios. De los 14 que se negocian en la provincia todos superan las 37,5 horas
El secretario general de UGT en Catalunya, Camil Ros, defendió ayer desde Lleida que la reducción de jornada es viable, a pesar del rechazo de la patronal, y urgió a llegar a un acuerdo de mínimos entre sindicatos, Gobierno y grupos parlamentarios para poder impulsar un proyecto de ley que permita que se implante lo antes posible de una manera progresiva y obligatoria. “El objetivo final no es quedarnos en las 37,5 horas semanales, sino alcanzar las 32 horas semanales y la semana laboral de 4 días”, afirmó Ros.
Según el máximo dirigente del sindicato en Catalunya, esta iniciativa responde a la falta de voluntad de la patronal por reducir la jornada laboral en muchas negociaciones, como se ha demostrado en Lleida, donde ninguno de los 14 convenios provinciales que se están intentando pactar actualmente se sitúa por debajo de las 37,5 horas semanales. “El cambio hacia una menor jornada laboral es una demanda de los propios trabajadores”, aseguró Ros, que añadió que “los ciudadanos lo que quieren es trabajar menos para poder disfrutar más de su tiempo y ese sentimiento debe poder canalizarse a través de una ley”.
UGT insta a llegar a un acuerdo de mínimos para impulsar la reducción como proyecto de ley
En este sentido, criticó que la patronal esté instaurada en una actitud de bloqueo, ya que pese a que se han ampliado las negociaciones para intentar llegar a un pacto siguen rechazando la reducción, e insistió en que la iniciativa “no perjudicará su productividad”. “Pasar de 40 a 37,5 horas semanales implica solo 30 minutos menos de trabajo al día, un cuarto de hora al inicio de la jornada y un cuarto de hora al final, una adaptación realista para muchas empresas y sectores sin que esto vaya a perjudicar su productividad”, aseveró. Asimismo, insistió en la necesidad de que los empresarios gestionen mejor los horarios laborales de forma que la reducción de jornada no afecte a la atención al público ni al servicio a las personas. En esta línea, destacó que las mejoras tecnológicas actuales, incluida la inteligencia artificial, deben servir para optimizar la calidad del empleo y no para reducir puestos de trabajo.