LLEIDA
Pérdidas de 600 euros por camión de Lleida parado por payeses galos
Trasladan a la Val d'Aran el cierre de las fronteras tras levantar el bloqueo en la Jonquera. Los transportistas denuncian que son víctimas por estar en la carretera
Los agricultores franceses levantaron ayer el bloqueo de la frontera por la Jonquera, pero trasladaron los cortes de carreteras al lado galo de los dos puntos de entrada por la Val d’Aran, en la N-141 en Bossòst y la N-230 en Bausen. Los payeses protestan contra el acuerdo de libre comercio que prevé la Unión Europea con Mercosur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Pero la protesta, una vez más, ha convertido a los transportistas de Lleida en rehenes de los agricultores franceses y con una factura muy cara. Cada camión parado pierde del orden de 600 euros al día. Así lo explicó ayer el CEO de la empresa de transportes Cajebel y presidente de la patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec en Lleida, Jesús Torrelles. Destacó que su sector apoya a los payeses y recordó que transporta los productos que necesitan, como las importaciones de cereales, o trasladan a otros mercados de exportación los alimentos que generan. Por ello, se quejó especialmente que “siempre pagamos nosotros, porque estamos en las carreteras y acabamos bloqueados sin poder trabajar porque no nos dejan”. Además, remarcó que el hecho de que se corten las fronteras 24 horas, en la práctica, puede suponer que un camión tarde dos días en volver a la normalidad. “Si las carreteras y las estaciones de servicio están colapsadas con miles de camiones, la vuelta a la normalidad no es inmediata”, incidió. Además, recordó que Lleida tiene un potencial logístico muy superior al volumen económico local y puso como ejemplo que la actual campaña de los cítricos es uno de los momentos de especial trabajo para las empresas del transporte de la provincia.
Las manifestaciones en Francia pretenden conseguir que su Gobierno vete el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, un pacto que cuenta con el respaldo del ministro de Agricultura español, Luis Planas. Este defiende su importancia en las circunstancias geopolíticas actuales, especialmente tras el resultado de las elecciones en Estados Unidos. Sin embargo, organizaciones agrarias advierten de la apertura del mercado comunitario a productos como el bovino o la avicultura con animales que se crían con normas mucho más laxas, por ejemplo, en bienestar animal. Consideran que supone una competencia desigual, por los menores costes en Mercosur, y que son moneda de cambio para que Europa pueda exportar, por ejemplo, más coches.