AGRICULTURA POLÍTICA
El campo, una prioridad para la UE en el primer semestre de este año
Se iniciarán los debates para una nueva reforma de la PAC y una “racionalización” del Pacto Verde. La Comisión busca dar más impulso al desarrollo rural
El inicio de los debates para una nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), una “racionalización” del Pacto Verde y otros guiños al campo destacan entre las prioridades del primer semestre de 2025 para la Unión Europea (UE), con Polonia en la presidencia del Consejo. El nuevo año agroalimentario llega tras un 2024 que arrancó marcado por las protestas de agricultores y ganaderos de toda Europa reclamando mejoras para el sector y criticando el pacto verde y que acabó con el acuerdo entre la Comisión Europea (CE) y los países del Mercosur– Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay–, que el campo rechaza, y unas elecciones europeas tras las cuales desde Bruselas se prometió más diálogo con los productores.
Para el actual semestre, el primero completo de la nueva legislatura de la UE, la presidencia polaca ha incluido la agricultura y la alimentación entre las siete “dimensiones” vitales para reforzar la “seguridad” del bloque comunitario. La presidencia ve importante, en su documento de prioridades, que la Unión Europea “refuerce la posición de los agricultores y ganaderos en la cadena de valor” de forma que tengan ingresos estables y una producción “competitiva y resiliente que proporcione seguridad alimentaria a los europeos”.
Polonia buscara durante su presidencia una rebaja de los objetivos verdes para agricultores y ganaderos La posible adhesión de Ucrania al bloque comunitario levanta recelos entre los payeses
Durante el primer semestre, el Consejo iniciará el debate político que contribuirá a las primeras propuestas sobre el futuro de la PAC a partir de 2028, aunque al menos hasta el verano no habrá textos en firme; también este año se empezará a hablar sobre el marco financiero 2028-2034. España es el tercer beneficiario de la PAC por detrás de Francia y de Alemania. Polonia aboga por una futura Política Agraria Común “fuerte” y por “animar y no forzar” a los agricultores a proteger el medio ambiente y a prevenir las consecuencias del cambio climático, como las inundaciones y la sequía. Está previsto que la CE presente en febrero un informe con su visión sobre la agricultura y la alimentación, basado en el “Diálogo Estratégico” con productores, expertos y actores de la cadena alimentaria.
Entre las prioridades de la presidencia sobresale también la idea de “racionalizar” los objetivos y exigencias del Pacto Verde europeo –que provocó las protestas del campo a principios del pasado año– y de una arquitectura verde de la PAC “aceptable para los productores”. Y es que los payeses de toda Europa rechazan, entre otras, las exigencias relacionadas con la reducción de fitosanitarios y antibióticos animales o con una superficie ecológica obligatoria, ya que denuncian que ahonda en la competencia desleal de países terceros, cuyos alimentos se importan sin las exigencias de producción que ahora se quieren imponer a los agricultores comunitarios.
En desarrollo rural, la presidencia polaca aboga por la llamada “lente rural”, es decir, el mecanismo para verificar el impacto de otras políticas en estas zonas para obtener recomendaciones de cara al nuevo marco financiero e incluso con diversidad de apoyos frente al reto demográfico de cada territorio con el objetivo de que las zonas rurales del bloque comunitario sean más fuertes, conectadas, resilientes y prósperas a corto y largo plazo.
La ratificación del acuerdo entre la Comisión Europea y los países del Mercosur es uno de los asuntos más espinosos a enfrentar durante esta legislatura, por los recelos que el pacto de libre comercio genera entre los agricultores y muchos países del bloque comunitario. Territorios como Francia e Italia, ya han mostrado su oposición al pacto, que ha recibido la bendición de otros, como Alemania o España, lo que amenaza con crear una nueva división en el seno de la Unión Europea.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca puede ser otra fuente de tensiones, al igual que las relaciones con China, que amenaza con imponer aranceles al porcino.
En las prioridades, la presidencia polaca ha destacado la necesidad de que haya “igualdad en las reglas del juego” entre los productores agroalimentarios de dentro y de fuera de la Unión Europea, para que cumplan con los mismos estándares de calidad, seguridad y sostenibilidad. Asimismo, pretende impulsar propuestas para aumentar el poder de negociación de los agricultores frente a los otros eslabones alimentarios; entre ellas, una regulación de la organización común de mercados y otra sobre prácticas trasfronterizas. También promoverá un debate sobre las experiencias de los países para eliminar prácticas desleales en la cadena alimentaria y la revisión de la directiva en esa materia.
La ampliación de la UE figura también entre los retos agrarios, ya que Ucrania –competidor de los países del Este– es candidato a la adhesión. Su entrada podría suponer una competencia para el resto, especialmente en sectores en los que es competitiva, como la producción de cereales y aceites vegetales.