El daño silenciado del acoso laboral
En Europa más de la mitad de los trabajadores dicen estar sometidos a estrés en su puesto de trabajo. Buena parte de los problemas de salud mental están relacionados con factores como la carga de trabajo excesiva, horarios muy largos o impredecibles, la conexión continua, monotonía, tareas sin sentido o la imposibilidad de promocionar.
Todas esas situaciones resultan dañinas, pero ninguna tanto como el acoso laboral, que llega a dejar secuelas incluso físicas. Insomnio, irritabilidad, depresión, ansiedad o falta de autoestima son algunos de los síntomas que sufren aquellos que están sometidos a la presión y la denigración laboral con el objetivo final de que abandonen su puesto.
Las víctimas renuncian a su puesto
Muy poca gente en una situación de acoso vuelve a su empresa, cuenta Pablo Santiago, encargado de poner en marcha este servicio de atención psicológica en Comisiones Obreras, que reclama que los casos de acoso sean considerados accidente laboral para que las empresas se responsabilicen de las conductas que toleran o promueven en sus organizaciones y que se avance en España en general en la prevención de riesgos psicosociales.
Formación a las empresas
La psicóloga Inmaculada Villena pone el foco en la necesidad de prevenir estas cuestiones formando no solo a los líderes, sino a toda la plantilla, en primer lugar para ayudar a reconocer cuándo uno está inmerso en una situación de acoso y también para aprender a poner límites.
“Una cosa es una crítica racional y otra son críticas absurdas continuas, descalificaciones personales, faltas de respeto, abusos…”, dice Inmaculada Villena, que pide también concienciación a los médicos de familia, que llamen a las cosas por su nombre e intervengan cuando detecten en sus pacientes situaciones de acoso, un problema que, alerta, sigue invisibilizado.