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Imagen de un móvil y varios modelos de cargador.

Imagen de un móvil y varios modelos de cargador.Parlament Europeu

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Una de las formas de introducir infecciones en los dispositivos tecnológicos es mediante el traspaso de datos a través de puertos USB, ya que ofrecen acceso directo al dispositivo y posibilitan incluir 'malware' u otro tipo de virus, mediante una técnica conocida como 'Juice Jacking', se puede evitar fácilmente utilizando un 'condón USB'.

Establecimientos públicos como hoteles, cafeterías, centros comerciales o, incluso, aeropuertos y transporte público, cada vez ponen más estaciones de carga pública a disposición de los usuarios. Estos puertos de carga normalmente ofrecen una toma de corriente con una entrada USB y, para poder cargar el dispositivo, el usuario tan solo tiene que conectarlo con un cable del mismo tipo.

Sin embargo, los actores maliciosos aprovechan esta práctica para expandir 'malware' y virus, ya que la conexión a puertos USB, además de ofrecer carga para el dispositivo, también permite el flujo de datos entre el 'smartphone' y el punto de carga.

En concreto, se trata de la técnica 'Juice Jacking', con la que los ciberdelincuentes manipulan estos puertos de carga públicos y los usan como una conexión de traspaso de datos para infectar el terminal implementando 'malware' o, incluso, ejecutando el robo de datos sensibles.

En este sentido, de cara a evitar dar libre acceso a los actores maliciosos, ya sea introduciendo virus o 'software' de monitorización, un método efectivo es el uso de un 'condón USB'.

¿Qué es y cómo funciona el condón USB?

Mejor conocido como un bloqueador de datos USB, este dispositivo se encarga de bloquear la transferencia de archivos y permitir solo el paso de la electricidad para cargar la batería. Así que, al colocar el «condón», se bloquean los pines de datos que posee el puerto USB y solo fluirá la energía. Es decir, este mecanismo no afectará la carga del teléfono. 

Básicamente se trata de un pequeño dispositivo cuya función es aportar una capa extra de protección entre el 'smartphone' y el cargador público. 

Estos dispositivos son útiles para cualquier terminal, ya que se ofrecen con una amplia variedad de tipos de conexión, tanto USB A, B y C, como Mini-USB o Micro-USB.

Una de sus ventajas es que, por su tamaño, son una herramienta cómoda que se puede transportar fácilmente, sin que suponga un añadido aparatoso. Otro aspecto a valorar es que muchos de estos 'condones USB' también incluyen la opción de cargar el dispositivo a una mayor velocidad. Sin embargo, lo que más llama la atención es su precio que, dependiendo de la marca, se puede adquirir por unos 10 euros.

No obstante, existen otras formas de evitar correr riesgos de infección a la hora de utilizar estaciones de carga públicas. Una de ellas es utilizar una batería portátil para dispositivos móviles a la que recurrir en cualquier momento y lugar.

De igual forma, en el caso de los 'smartphones' también se pueden configurar para que, una vez conectados, solo acepten carga y se bloquee automáticamente el traspaso de datos. Sin embargo, esta última opción no cierra las puertas definitivamente a posibles infecciones.

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