La mirada imprevisible
Joan Teixidó Pau recrea paisajes ponentinos a través de acuarelas de tonos fríos
La acuarela es la comedia de la pintura: es la técnica más difícil y al mismo tiempo la menos prestigiosa. “La tradición pictórica europea es el óleo, una técnica que es más fácil de dominar y que al mismo tiempo permite hacer recreaciones más realistas y con los colores más saturados,” explica Joan Teixidó Pau, especialista en comunicación digital. Al mismo tiempo, también es más fácil de trabajar porque se puede repintar y al ser más pastosa es más fácil de controlar. La acuarela tiene un punto imprevisible, una combinación entre el pigmento, el agua, el papel y la inclinación nos dará como resultado una pincelada concreta difícil de prever a ciencia cierta”.
Es de origen oriental y hace relativamente poco tiempo que forma parte de nuestro imaginario, de aquí que sea prácticamente imposible encontrarla en los fondos de los museos europeos. “En el MNAC mismo las pocas acuarelas que podemos encontrar son en unos cajones que los visitantes tienen que abrir para verlas, una prueba de la marginalidad de esta técnica en los cánones del arte occidental”.
En la estructura de cualquier pieza traza el esqueleto a lápiz, las líneas maestras que van dirigiendo las trazas de pintura. “En este sentido es imprescindible saber dibujar y tener una idea aproximada de lo que quieres hacer, si no corres el riesgo de hacer un pastiche impresionante. Los autores de acuarela siempre se encaminan al arte figurativo, con gran predilección por el paisaje, aunque “a menudo aquello que define muchas obras es más la capacidad de sugerir que la representación explícita de aquello que se quiere pintar”. Podéis ver más obras suyas en Instagram: @joanteixidopau.
Juneda. 115x35 cm
Vista de Lérida. 43x25 cm
Hígados, Francia. 28x20 cm
Calle y peatones. 26x36 cm
Coches y reflejos. 25x28 cm
Galway, Irlanda. 29x25 cm