ENTREVISTA
Isaiah Kelly Ogbebor: “llegué a Lleida con 13 años sin saber catalán ni castellano. Fue muy duro”
Con diez años jugaba a fútbol por las calles de Benin City, en Nigeria. Con trece emigró con su familia a Lleida sin saber ni una palabra de catalán ni de castellano. A los veintidós fundó Koers, una de las bandas de reggae más solventes del panorama actual, y el diciembre pasado ganó la versión española de ‘La Voz’, de Antena3. La sensación que tienes cuando hablas con Isaiah Kelly Ogbebor es que la clave de sus éxitos está en una capacidad innata para luchar por vivir el presente con intensidad, para creer en las propias posibilidades y al mismo tiempo sentirse siempre parte de alguna cosa que lo trasciende.
Después de conversar por videoconferencia, nos citamos en la factoría creativa Marbi para hacer la sesión de fotos.
¿Cómo lleva la fama?
Los primeros días cuesta asimilar y digerir las reacciones de la gente, pero ahora ya se ha calmado todo un poco. En según qué ambientes quizás sí que estaba acostumbrado a que alguien me reconociera porque soy el cantante de los Koers, pero la televisión es otro nivel y eso que te pare a la gente por la calle o te espere en la puerta de un estudio es nuevo. Fui a 'La Voz' pensando en mí y a veces parecía que hubiera ido en representación de toda una ciudad.
¿Por qué ‘La Voz’ y por qué ahora?
Siempre me había gustado el programa, me comparaba con los concursantes y pensaba que quizás incluso yo podría ir. Cuando formamos Koers se me fueron pasando las ganas, hasta que hace tres años la productora se puso en contacto conmigo por si quería presentarme al casting. Lo valoré, fui y a la hora de la verdad dije que no. Koers estaba creciendo, no quería mezclar los proyectos ni renunciar a la banda. Esta vez me lo propusieron de nuevo y lo miré con otros ojos; Koers está más consolidado, y yo me podía permitir el lujo de arriesgar. Pienso que acerté en la decisión, han encajado todas las piezas.
¿Hace tres años ‘La Voz’ habría matado Koers y ahora los puede reforzar?
Exacto. Koers es un proyecto lo bastante sólido para sobrevivir al margen de mi aventura personal. Mentalmente estoy preparado para sacar adelante los dos proyectos.
¿Cuando dice que sí, qué pasa?
Antes de salir en la tele pasas dos castings. Cuando te proponen entrar sabes que no hay vuelta atrás.
Se estrenó con Roxanne de los Police, una canción que ya era un clásico cuando usted nació.
Es que mentalmente soy de otra época, y no me veía cantante otra canción. Cuando decides entrar al programa escoges veinte canciones y las comentas con la productora. Ellos también van decidiendo las más idóneas en cada momento. Pero la verdad es que tenía muy claro que quería empezar con esta, no me veía cantando otra canción. Pienso en Roxanne y se me pone la carne de gallina.
Estuvo a punto de ser eliminado y finalmente ganó.
Fue una locura y al mismo tiempo todo fue rodado. En la televisión todo va a toda prisa y no tienes tiempo de asimilar nada del todo. Es todo tan intenso y efímero que tiene un punto de caótico, y como concursante lo mejor es que te ayuda a prepararte para la vida real.
A lo largo del programa también se va descubriendo la persona detrás del personaje.
Lo que se ve es bastante lo que hay: soy sensible, fuerte, humilde, generoso, tranquilo y pasional. Mi don mayor es hacer que la gente que me rodea se sienta bien. Estuve mirando los programas desde el sofá, porque este año, desgraciadamente, no ha sido en directo, y me he sentido más orgulloso de mi persona, de cómo me he mostrado y comportado, que no de las actuaciones en sí.
¿Cuántos días pasaron entre la grabación final y la emisión?
Dos semanas, pero cómo es lógico no lo podía decir.
¿Dónde aprendió a cantar?
En la iglesia evangelista. A lo largo de mi vida, tanto en Nigeria como aquí he pasado por varias iglesias y ahora mismo voy a una de Lleida que se llama Blessed House.
¿Va a menudo, pues?
Cada domingo, desde siempre.
¿Si el sábado por la noche ha tenido concierto de Koers, también?
Afónico, pero voy
¿Bebe?
No.
Mejor, así se ahorra la resaca.
Sólo arrastro resaca emocional. A veces los amigos me dan envidia cuando están con sus birras y yo bebo limonada, pero lo he intentado y rápidamente veo que no es lo mío. No tiene nada que ver con la religión, sencillamente no me gusta.
¿Qué implica ir a misa?
Para los nigerianos, la religión nos recuerda de dónde venimos y muchas veces no es tanto el hecho religioso como el comunitario. Es de las pocas cosas que nos conectan con nuestra tierra y los vínculos son muy importantes. Yo me veo toda la vida yendo a misa mientras esta sea como la conozco. Nuestra iglesia es muy humilde y es para la gente que la vive cada día. No es una estructura ni un edificio, es un lugar muy humilde pero es igual; nosotros vamos a cantar, purificarnos, despreocuparnos de los problemas y a rezar.
Su familia es de Nigeria. ¿Cuándo vinieron a Cataluña?
En el 2005 llegamos a Lleida, yo tenía 13 años. Mi padre ya vivía aquí y entonces vinimos el resto de la familia.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
Una mezcla de muchas cosas. Mi infancia fue dorada. Soy quien soy por mis orígenes y por haber crecido en Nigeria y después en Lleida. Ahora siento un poco de nostalgia porque me gustaría volver a tener 9 o 10 años. Vivíamos en un barrio muy grande de Benin City y la calle era nuestro terreno de juego. Vivía con mi madre y mis hermanos. Cada día hablábamos con mi padre, pero no tengo recuerdos de vivir con él porque se marchó cuando yo era muy pequeño. Venía cada año, eso sí, pero él estaba en Europa y nosotros en Nigeria.
¿Qué hacía su madre?
Tenía un quiosco delante de casa y yo de pequeño ya me encargaba de él porque también tenía una tienda de cosméticos en el centro de la ciudad. Mi madre pasaba muchas horas fuera de casa y eso también me ha hecho más autónomo y responsable. De aquella época conservo la capacidad para hacer cálculos mentales rápidos, de cuándo tenía que devolver el cambio a la gente. Mi madre era una crac. De pequeño me pensaba que éramos ricos porque estaba convencido de que teníamos de todo. No era así, pero tampoco éramos pobres, sencillamente mi madre hacía que nos sintiéramos afortunados y felices.
¿Qué ha heredado de los padres?
De mi madre la vertiente extrovertida, la frescura y la amabilidad. De mi padre, la calma, la paciencia, la bondad y la capacidad de reflexionar sobre las cosas.
¿Qué sabía de Cataluña cuando vino a Lleida?
No sabía ni que existía. Fue una batalla muy intensa, de repente tenía que aprender dos lenguas nuevas. Tenía 13 años e iba perdidísimo con el ambiente, la ciudad, la comida, el instituto... El cambio fue bestial, nada fácil. Supongo que forma parte de mi personalidad, aprendí que si no me espabilaba, la situación se me comería. Lo recuerdo ahora y río, pero entonces fue uno de los peores momentos de mi vida.
Ahora todo apunta que está pasando un buen momento. ¿Cuál es el siguiente paso de Kelly?
En el fondo depende de mi capacidad creativa y de mí, de las ganas que tenga de trabajar y de los muchos factores que pueden influir en una carrera. Ganar 'La Voz' me ha abierto las puertas a hacer un lanzamiento con Universal y es mi responsabilidad aprovecharlo. Kelly empieza una carrera en solitario.
¿Alejado del reggae?
Tenemos que ser un poco coherentes y listos, no quiero mezclar a Koers i Kelly porque son cosas diferentes para públicos diferentes. Quiero la libertad de hacer lo que quiera con cada uno de los proyectos. La verdad es que me puedo adaptar mucho y la idea es también tantear al público, hacer un tema y ver si funciona.
De hecho, en 'La Voz', ya demostró que era un concursante muy versátil con respecto a los estilos.
Pienso que eso también lo valoraron: cantar en inglés y castellano y defenderme en diferentes registros. Eso y la personalidad.
¿Hacia qué estilos apunta?
Puedo tocar muchos, pero si me sigues puedes ver que tengo un poco de soul, de pop o de funk.