Los huevos de oro y la granja de las gallinas felices
En Lleida tenemos huevos gracias a Anna, Ester, Xipi y Joan. Desde hace dos años, en la partida de Montcada hay una granja de gallinas felices que ponen huevos que se comercializan bajo la garantía del código 0, huevos de oro por la dedicación que requieren. La granja es una apuesta por L'Horta, por la ciudad y por una sociedad más consciente y respetuosa.
En L'Horta de Lleida ha nacido un pueblo de cuatro casas de madera con jardín. Sus habitantes son silenciosos, curiosos y pasan el día respirando la tranquilidad de los paseos por los patios plantados de frutales. No hay más obligación que ceñirse a una dieta ecológica y no picarse los unos con los otros, respetarse. Pueden recibir visitas pero ya no se puede instalar nadie más hasta la próxima convocatoria, que podría ser dentro de dos años. Para vivir en esta urbanización de la felicidad es condición sine qua non ser gallina penedesenca. En total, 240 gallinas viven en esta granja ecológica que comercializa entre 10 y 12 docenas diarias, y este es su techo productivo. Son huevos de código 0, que garantiza que las gallinas viven en libertad y a sus anchas y llevan una dieta de pienso ecológico y de hierbas de sus patios libres de fitosanitarios. En el código de barras de los huevos está la clasificación por código 0, 1, 2 y 3 y se refiere a la manera cómo se crían las gallinas. El 0 es el ecológico, el 1 es que están libres pero el pienso no es ecológico, el 2 significa que ni siquiera están al aire libre y el 3, directamente en jaulas.
El proyecto fue incubado por dos hermanas: Ester y Anna y sus respectivas parejas, Xipi y Joan, durante cuatro años, hasta que no pusieron los primeros huevos las habitantes del primer gallinero. Han cuidado cada detalle para que hasta el detalle más pequeño y aparentemente insignificante de su granja desprendiera el mensaje de progreso social hacia la conciencia, tanto en el consumo como en las relaciones interpersonales.
Anna y Ester han vivido siempre en el centro de Lleida: L'Horta les quedaba lejos, hasta que Ester y Xipi hicieron más grande su familia, ahora de seis. Entonces veían la idoneidad de que sus hijos crecieran respetando la naturaleza y con ese ritmo pausado que permite apreciar la vida. Esta mirada se agudizó cuando murió Roser, la madre de Ester y Anna. Ella las inspiró para centrarse en lo que importa: las personas. Así, las hermanas viven ahora en dos casas de una finca de la partida de Montcada que han dedicado, en parte, a un proyecto que apuesta por revitalizar L'Horta con productos ecológicos destinados al consumo de los leridanos. “Nos han venido con ofertas para comprar la granja entera y enviar los huevos a Francia, pero no es nuestro modelo, nosotros queríamos ofrecer a Lleida la posibilidad de consumir huevos ecológicos y de casa. Y así lo hacemos, distribuyendo en siete establecimientos: Casa Verit, L'hort de la Bàrbara, Fruiteria Tudela, Carn Sargaire, The Bakery Shop y Chia, así como a los restaurantes Ferreruela y La Baula”, explica Anna. Ella y Xipi son los encargados de ir a abrir las puertas de los gallineros para que salgan. “Muchas veces lo hago en pijama, igual que cerrarlas por la noche”, dice Anna. Ninguno de los cuatro integrantes de la familia y socios de los huevos código 0 de Lleida se dedica en exclusiva a la granja. Crían las gallinas desde que los pollitos tienen un día, para asegurarse de la producción ecológica desde el principio. Durante unas semanas, los polluelos tienen que recibir atenciones especiales de alimentación y calor, proceso en el que también participan Ares, Biel, Xènia y Pep, los hijos de Ester y Xipi.
Entre los planes de futuro no está llegar a una producción de huevos que les acerque a la riqueza, sino ampliar instalaciones con algún gallinero más para poder atender al menos la demanda que hay en la ciudad (que supera sus previsiones). Lo que sí que entra en sus planes inmediatos es el concepto de granja abierta. Organizar y acoger actividades que comulguen con su espíritu solidario, ecológico y que sume a la ciudad de Lleida. Si queréis estar al corriente de las actividades seguidlos en Instagram y Facebook. Las redes sociales, el boca a oreja de nuestro siglo, han sido parte de la clave de su éxito. “A la primera jornada de puertas abiertas que organizamos esperábamos que vinieran amigos y familia y se presentaron 250 personas, todas venían de Instagram”, explica Anna. Como última anécdota, deciros que en casa de Anna y Ester solamente comen los huevos pequeños o rotos, los que no pueden comercializar. “Y si un día no hay ni una cosa ni la otra, no toca huevos”, dice Xipi mientras acaba de coger los huevos del gallinero cuatro, el de las gallinas más jovencitas. El día de la granja se acaba cuando se pone el sol, las hacen entrar en las casitas de madera. Y hasta el día siguiente, que cantará el gallo, un gallo que no puede estar (y se marchará en breve) porque sino de los huevos saldrían polluelos y ya hemos dicho que en este pueblo de gallinas felices, no cabe ni una más.
Un vermut solidario por un orfanato en el Nepal Pasado el primer año, los impulsores de los huevos leridanos dan un paso más en el concepto de granja abierta. El sábado 18 de febrero han organizado un vermut solidario para recaudar dinero para la ONG Amigos del Nepal, que está construyendo un orfanato. La familia de Xipi y Ester y sus cuatro hijos, Ares, Biel, Xènia y Pep, se marchan el 22 de febrero al Nepal y querían que fuera más que una experiencia familiar. Habrá tortillas y huevos fritos; la formación Ponent Roots amenizará el encuentro con sus vinilos; la cerveza artesana de La Vella Carabana de Menàrguens estará presente y habrá pintacaras para los menores. La aportación económica se destinará íntegramente a la ONG. Hay que confirmar asistencia al acontecimiento que crearán a Facebook desde la página Ous Codi0.