Antorchas con el litigio de Sigena como telón de fondo

“Cuando un historiador escribe un artículo sobre la Guerra Civil y alguien le denuncia por difamación, es un acto de coacción que muestra que en España queda mucho trabajo que hacer”. Con estas palabras, el historiador y conservador del Museu de Lleida Alberto Velasco citó la demanda que ha anunciado contra él el ayuntamiento de Villanueva de Sigena (ver SEGRE de ayer) como ejemplo de la persistencia de “rencores” y “odios” del franquismo, en un Estado “que no ha hecho una correcta transición a la democracia”. Velasco fue ayer el encargado de pronunciar el discurso tras la Marxa de Torxes de Lleida, que reunió a medio millar de personas en la Seu Vella.

Un total de 250 antorchas iluminaron la comitiva que recorrió la cuesta de la calle Cavallers hasta la Seu Vella, encabezada por una estelada de grandes dimensiones y acompañada de música de grallas, tambores y cánticos de independencia. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) relevó este año a Òmnium en la organización de la marcha. El partido indicó que los voluntarios de esta entidad concentran sus esfuerzos en organizar la manifestación de la Diada en Lleida. Al completar el recorrido, el presidente de la sección local de la formación republicana, Josep Maria Romero, dirigió un dardo a la Paeria. “Los coches aparcados han molestado”, dijo, y se preguntó si el ayuntamiento se había esforzado en facilitar la manifestación.