“No estamos contra nadie; solo estamos a favor de la democracia”

“No estamos contra nadie; solo estamos a favor de la democracia”. Esta fue la idea que con más insistencia se oyó ayer en los discursos que se pronunciaron de forma escalonada, por este orden, desde los escenarios de Lleida, Berga, Salt, Tarragona y Barcelona. Con más insistencia y con más lenguas: catalán, inglés, francés y castellano, también por este orden. En los parlamentos se dijo que “nos querían divididos, y estamos unidos como siempre; nos querían cansados, y no nos cansaremos nunca; nos querían vencidos, y no nos rendiremos hasta lograr la República”. Los discursos consistieron en un manifiesto que se leyó, por partes, en cada uno de los escenarios. Comenzó Lleida, y lo hizo en boca de Maria Barbal. Intimidada quizás por la portentosa escena que tenía delante, una multitud de decenas de miles de personas entusiasmadas en la manifestación más impresionante, de largo, que se ha celebrado jamás en Lleida, costó un poco oír sus palabras, pero su mensaje quedó claro. Destacó los beneficios que una República Catalana comportaría para el territorio en temas claves para las comarcas de Ponent como la energía, la gestión del agua o los transportes, y concluyó: “som la terra i estem a punt”. Barbal pasó el testigo a Núria Picas, que continuó el discurso desde Berga, y así sucesivamente hasta acabar en Barcelona, donde lo finalizó un Pere Portabella que ya estuvo en la histórica Diada de Sant Boi del año 1976 y que ayer demostró estar en una sorprendente buena forma. Los enlaces entre los distintos oradores los hacían voces expertas, y cuando tocaba Salt, un Quim Masferrer con muchas tablas se ponía al personal en el bolsillo, como si tres velocistas europeos se hubieran colado en el 4x100 jamaicano y pasaran el testigo a Bolt. Tras acabar el discurso, se oyeron por la pantalla las encendidas palabras del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, que dejó claro que lo único que quieren los presentes en las macro-manifestaciones que se han celebrado desde 2012 es “lo mejor para nuestros hijos; y ¿qué padre no quiere lo mejor para sus hijos?”