EDUCACIÓN DEBATE
Deberes escolares menguantes
La campaña impulsada por la Confederación Española de Asociaciones de Padres del Alumnado (CEAPA) contra los deberes escolares ha vuelto a abrir el debate sobre si hay que limitarlos o directamente eliminarlos. La mayoría de los colegios de Lleida consultados por SEGRE han reducido en los últimos años la carga de deberes que mandan a los alumnos y varios incluso los han relegado a niveles residuales, mientras que otros defienden la necesidad de mantenerlos para fomentar los hábitos de trabajo y como medida para reforzar el trabajo hecho en clase.
La escuela rural de Tuixent (Alt Urgell) y la Maria Mercè Marçal de Tàrrega, apuestan por no poner deberes. Mercè Codina, directora de la primera, explica que “hace muchos años que practicamos este modelo, ya que al ser pocos alumnos la atención es individualizada y el trabajo de clase es suficiente”. Mientras, Núria Elias, su homóloga de la segunda, dice que optan solo por recomendar actividades para reforzar los contenidos trabajados en clase.
Los docentes “pro”deberes dicen que son necesarios para fijar los hábitos de estudio y de refuerzo
En la escuela Parc de l’Aigua de Lleida los deberes “son alguna lectura el fin de semana y, puntualmente, entre semana tareas relacionadas con algo que hayan trabajado en clase, como buscar información sobre algún proyecto en el que estén trabajando pero que no implique más de 20 minutos al día, ya que su jornada laboral es muy larga”, explica su directora, Maribel Miranda. Una visión que comparte su homóloga del colegio Pinyana, Anna Mosseguí, que asegura que “solemos recomendar tareas de lectura y atividades funcionales, que tengan utilidad en la vida cotidiana de los niños”. En la misma línea, Isidor Alberich, director del Albert Vives de La Seu, indica que “solo mandamos tareas que no se han acabado en clase, por lo que no hacerlas podría suponer un atraso”. Por su parte, el colegio Les Arrels de Mollerussa, el único del municipio que funciona sin libros de texto, apuesta también por “pocos pero buenos” deberes.
En cambio, el director del colegio Mossèn Josep Arques, de Cervera, Toni Ortiz, sí que ve necesario los deberes para crear un hábito de trabajo y defiende que sean progresivos: “en Primaria, un máximo de 15 minutos diarios para los alumnos más pequeños y de 30 para los de cursos superiores”. Una consideración en la que coincide su homóloga en el colegio leridano de L’Espiga, que subraya que las tareas “no deben obstaculizar la vida familiar ni las actividades extraescolares de los estudiantes”. Josep Maria Vigo, del colegio de Organyà, cree que “la tendencia de deberes cero es arriesgada” y que no es un trauma que los alumnos de ciclo superior de Primaria trabajen 40 minutos en casa. “El programa es muy extenso y, sin deberes, la formación quedaría coja”, sentencia. La escuela Joan Maragall de Lleida también es partidaria de mantener los deberes, aunque reconoce que los adaptan a las necesidades de los niños.