Borradores de pintadas

Seguro que todos hemos visto más de una vez alguna pintada, grafiti o un tag (una firma) en una fachada o en un elemento del mobiliario urbano. Y muchas veces podemos ver a operarios eliminándolos con agua a presión o con pintura. Y no es extraño, porque solo el año pasado, los empleados de Ilnet, empresa concesionaria del servicio de recogida de basuras y limpieza viaria, retiraron 2.139 pintadas de la vía pública que se suman a las 1.660 del ejercicio anterior. Por norma, los operarios eliminan aquellos grafitis o pintadas ilegales con algún contenido ofensivo o que se hallan en edificios públicos. En el caso de encontrarse en fachadas particulares, son los propietarios los que deben comunicarlo y dar la autorización para retirarlos. “Así nos evitamos problemas”, explica un operario, que añade que “nos hemos encontrado de todo, desde frases ingeniosas hasta declaraciones de amor en toda regla o vulgaridades absurdas”. Los empleados utilizan dos procedimientos distintos para borrar estas pintadas: con decapante y agua a presión, en superficies de piedra; o, con pintura en paredes y otro tipo de materiales, tras realizar pruebas de color y conseguir un tono muy similar al de la pared.

Con el objetivo de mantener una vía pública más limpia, este año Ilnet ha aumentado en un 45% los servicios de limpieza de grafitis respecto a 2015. Así, actualmente hay dos brigadas que actúan en turnos de mañana, una en la conocida como primera corona (desde el Passeig de Ronda hasta la avenida del Segre) y otra que hace lo propio en los barrios, y hay un tercer equipo de refuerzo. “No hemos detectado un incremento de las pintadas, simplemente hay más personal dedicado a ello, de ahí que suban los grafitis ilegales eliminados”, matizan fuentes de la empresa.

De media, los operarios tardan 6 días a eliminar una pintada desde que reciben el aviso

Se estima que el coste del servicio ascenderá a los 138.741 euros este año, según de Ilnet y, de media, transcurren seis días desde que los operarios reciben el aviso hasta que borran la pintada.

Lleida

El descenso de las peticiones de artistas para pintar grafitis en la vía pública de la capital en los últimos años ha llevado a la Paeria a eliminar su bolsa de artistas urbanos como tal. “La hemos convertido en una solicitud más simple para tramitar las peticiones que lleguen. Solíamos recibir entre 15 y 18 propuestas cada año, pero en la convocatoria de este 2016 hemos recibido solo dos”, explican fuentes municipales. Así, aquellos artistas urbanos que deseen pintar en alguna de las zonas habilitadas deben presentar una solicitud en el área de Juventud junto con un esbozo de la obra que se quiera plasmar, lo que puede limitar la improvisación que caracterizan algunas de las creaciones artísticas urbanas, manifestaron algunos grafiteros.

La “Galeria dels grafitis”, en el Parc de l’Aigua, con una veintena muros construidos cuando fue urbanizada la zona; un muro de las piscinas del Secà u otros en la plaza Joc de la Bola o en Xavier Puig i Andreu (Pardinyes) son algunas de las ubicaciones abiertas a grafiteros (bajo permiso).