EDUCACIÓN 'BULLYING'
Dos alumnos leridanos de 13 y 14 años cambian de centro por acoso escolar
De Lleida ciudad y comarcas, y ambos reciben tratamiento psicológico y psiquiátrico
Un cambio de centro y tratamiento psicológico y psiquiátrico por ansiedad y depresión son las consecuencias que sufren dos alumnos leridanos que han sido víctimas de acoso escolar. Son dos adolescentes de 13 y 14 años que recibían insultos, de viva voz y a través de redes sociales, y en algún caso también agresiones físicas como empujones.
Una alumna de ESO de 14 años de Lleida ciudad y otro de 13 de un municipio de comarcas han tenido que cambiar de centro educativo este curso tras ser víctimas de bullying. Además, según han informado a este diario fuentes solventes, ambos adolescentes están recibiendo actualmente tratamiento tanto psicológico como psiquiátrico para paliar los efectos que les ha causado el acoso escolar del que han sido objeto. Los agresores, fundamentalmente compañeros de su misma clase aunque también habría alguno de cursos superiores, llevaron a cabo el acoso sobre todo a través de insultos que proferían de viva voz, pero también por medio de diferentes redes sociales. En algún caso llegaron incluso a agredirles físicamente con empujones. Según explicaron a este diario las mismas fuentes, no se trató de un acoso puntual, sino que fue de forma reiterada, especialmente en el caso del chico. Este tuvo que cambiar de centro a principios de curso, mientras que la chica, a la que los agresores marginaban, lo ha hecho ahora, a mediados. Ansiedad, depresión y reacciones agresivas son algunas de las consecuencias que sufren las víctimas del acoso escolar y por las que ahora están recibiendo tratamiento.
El delegado de Enseñanza, Miquel Àngel Cullerés, señaló que su departamento no tiene constancia de que se haya registrado ningún caso de bullying este curso en Lleida. En este sentido, afirmó que a veces hay padres que piden cambiar a su hijo de centro alegando que sufre acoso y que la comisión de escolarización municipal, aunque considere que realmente no existe, suele dar luz verde si el centro solicitado tiene plazas vacantes, con el objetivo de evitar que pueda haber. Indicó que estos traslados suelen ser relativamente habituales, pero insistió en que no son atribuibles a un acoso escolar real.
Cuatro denuncias llegaron a la Fiscalía de Menores el pasado año Aunque lo habitual en los casos de bullying es que estos se resuelvan a través de una mediación en el propio centro educativo sin llegar a judicializar el proceso, cuatro víctimas leridanas presentaron el pasado año una denuncia contra compañeros de clase y la Fiscalía de Menores de Lleida abrió una investigación por acoso escolar reiterativo. Una de ellas acabó resolviéndose también con una mediación (el agresor o agresores reconocen los hechos y reparan el daño causado en la víctima con algún tipo de disculpa o de actividad) y otra se archivó, ya que la denuncia acabó retirándose. El tercero de los casos continúa en fase de instrucción y el cuarto finalizó con una sentencia de conformidad. Ninguno de ellos comportó una agresión física de gravedad, pero sí insultos y amenazas de forma continuada. Los agresores eran todos imputables, mayores de 14 años, que, aunque no se enfrentan a penas de prisión, si lo hacen a medidas como libertad vigilada, internamiento o prestaciones en beneficio de la comunidad.