De Lérida a Lleida

Josep Pau, entonces diputado del PSC por Lleida, recordó que “a nivel parlamentario no hubo oposición a este cambio, hubo bastante consenso y el debate fue muy tranquilo, algo que quizás ahora sería más difícil por la polarización existente”. Así, indicó que tan solo hubo una objeción técnica por parte del Gobierno del PSOE, por los problemas derivados del cambio de la matrícula de los coches en Girona (de GE a GI, en Lleida no afectaba al ser ya la L) y en algún otro trámite, pero que finalmente quedaron solventados. Josep Antoni Duran Lleida, que era entonces diputado por CiU por la demarcación, recordó que “inicialmente nuestra proposición no fue aceptada ni por los socialistas ni los populares pero el diálogo y la negociación los hizo cambiar de actitud”. “Aún recuerdo la valoración que entonces hizo el diputado Jorge Fernández Díaz del PP que dijo que bien está lo que bien acaba y que el texto era “discutible en términos jurídicos, pero en términos políticos evita litigios”. Qué contraste con los tiempos actuales!”, señaló. En su intervención defendió que “había que recoger la tradición histórica, cultural y literaria de Girona y de Lleida y pedí el apoyo de los grupos para convertir en racional lo que entonces, en el año 91, no lo era con la obligación de decir Lérida y Gerona. Para mí fue un orgullo y un honor haber contribuido con muchas otras personas al cambio de nombre de la ciudad donde viví una parte de mi juventud, que contribuyó a mi formación y donde inicié mi vida política”, afirmó.

Miquel Aguilà, senador del PSC en esa época, aseguró que fue una “satisfacción poder defender en el Senado, junto a Felip Lorda, el cambio de nombre”. Recordó que “no fue complicado” porque “solo era una adaptación de la ley a la realidad”. “Decir Lleida era algo normal y lo hicimos oficial. Nadie decía Lérida”, subrayó, y consideró que ahora tampoco habría problemas. “Creo que es una cuestión por encima de ideologías y coyunturas”, apuntó. El entonces senador de CiU Joan Simó resaltó la satisfacción y el orgullo por lograr este cambio, algo “impensable” para quien había vivido años duros del franquismo, indicó. Jaume Cardona, que era senador de Unió –ya fallecido–, acabó su discurso en 1992 citando a Salvador Espriu: “Però hem viscut per salvar-vos els mots, per retornar-vos el nom de cada cosa”.