La Urbana vigila el local de la Mariola para evitar más altercados

Agentes de la Guardia Urbana vigilan desde el viernes pasado el local social de la Mariola en horario de atención al público para evitar nuevos altercados entre trabajadores y acompañantes de los usuarios de servicios sociales, después de que en las últimas semanas los primeros hayan denunciado continuos insultos y amenazas por parte de miembros de Mariola en Moviment. La presencia policial, que fue pactada entre el equipo de gobierno y los trabajadores sociales, es una medida provisional para calmar el clima de tensión. La previsión inicial es que este servicio se mantenga durante treinta días en horario de atención al público.

En este sentido, el viernes los trabajadores sociales estuvieron a punto de hacer un “plante” como muestra de protesta contra las formas de “un miembro de Mariola en Moviment, no de todo el colectivo”, pero acabaron desistiendo para no perjudicar a los usuarios, según apuntaron fuentes sindicales. Por su parte, la Paeria señaló que la causa del retraso no fue en ningún caso por un posible “plante”, sino “porque los agentes de la Urbana no habían llegado a las instalaciones para garantizar la presencia policial”. Fuentes sindicales destacaron que, aparte de tener que soportar insultos, la atención al resto de usuarios también se ve afectada por el acoso de algún miembro de Mariola en Moviment a los trabajadores.

Por su parte, David Salcedo, uno de los portavoces de la entidad , indicó ayer que ve “sobreactuación” en la presencia de la Urbana. Asimismo, reiteró que la entidad lucha por la dignidad de las personas vulnerables del barrio y no contra ningún trabajador municipal. “Nuestras reivindicaciones van contra los responsables políticos”, dijo. En este sentido, indicó que la amenaza de huelga es una prueba de que los servicios sociales están colapsados de trabajo. Sin embargo, apuntó que “no toleramos que hagan chantaje a los usuarios diciendo que si confían en Mariola en Moviment perderán el Pirmi u otras ayudas”. La entidad presentó una instancia a la Paeria para saber por qué el protocolo prohíbe la entrada de acompañantes en las reuniones.