TRIBUNALES
La Fiscalía quiere que el apuñalador neonazi vaya a un penal psiquiátrico
Las acusaciones desisten de presentar recurso tras ser condenado a 33 años
La Fiscalía quiere que el apuñalador neonazi ingrese en un centro psiquiátrico penitenciario después de ser condenado por la Audiencia de Lleida a 33 años de prisión por cinco intentos de asesinato y un delito de incendio. Una semana después de hacerse pública la sentencia, parece que el fallo no será recurrido ante el Tribunal Supremo por las partes a falta de aclarar en la ejecución si Alejandro Ruiz ingresará en un psiquiátrico convencional o en un penal psiquiátrico. El único centro de este tipo en Catalunya está en Terrassa, aunque Ruiz, que está preso ahora en Zaragoza, podría ingresar en uno similar de Picassent, en Valencia.
Según fuentes judiciales, el Ministerio Público, que solicitó que el joven de Logroño fuera condenado a 81 años de prisión, no tiene previsto recurrir el fallo, al igual que las víctimas, que están a la espera de una aclaración sobre las indemnizaciones. Por su parte, el abogado de la defensa señala que estudia si recurre o no.
Tras la celebración del juicio entre finales de febrero y principios de marzo, la Audiencia de Lleida condenó a Alejandro Ruiz a 33 años de prisión por apuñalar a cinco personas en plena calle el 22 de septiembre de 2014. El tribunal le aplicó la agravante de racismo ya que cuatro de las víctimas eran de origen extranjero y le condenó por incendiar su piso antes de los ataques. Sin embargo, la Audiencia le aplicó una circunstancia eximiente incompleta al considerar que el joven sufre una alteración psíquica, por lo que considera que debe ingresar en un centro, sin especificar si debe ser penitenciario, para recibir un tratamiento adecuado por un periodo no superior a los 20 años. El tribunal también consideró la atenuante de confesión, ya que el joven admitió los hechos y se entregó a la Guardia Urbana un día después de los ataques xenófobos. Asimismo, el agresor deberá indemnizar con 292.000 euros a las víctimas, entre las que se incluye al hijo menor de una de ellas que presenció el apuñalamiento de su madre.
Durante 15 minutos, el joven causó el pánico en las calles de Lleida. Salió de su piso en la avenida Rovira Roure y atacó a cinco personas, de las que tres corrieron un riesgo vital de no haber sido atendidas con urgencia. Después, emprendió la huida a pie hasta Balaguer y al día siguiente regresó a Lleida para entregarse.