Adelantan de curso en 3 años a 69 niños de Lleida por su alta capacidad

Enseñanza ha dado luz verde en los últimos tres años a adelantar de curso a 69 alumnos de Lleida por sus altas capacidades. De ellos, 30 eran de Primaria y 39, de Secundaria, según la información facilitada por la conselleria. En toda Catalunya, ha sido 319 de Primaria y 403 de Secundaria. Este periodo corresponde al transcurrido desde que Enseñanza activó en 2014 un protocolo específico para la atención a este tipo de alumnos.

La subdirectora general de Ordenación y Atención a la Diversidad, Mercè Esteve, señaló ayer a este diario que adelantar de curso solo es una más de las actuaciones previstas. Indicó que entre ellas también figuran profundizar contenidos curriculares y adaptar la educación “en función de sus intereses y capacidades”. Añadió que la reducción de la duración de etapas educativas se ha aplicado a menos de la mitad de estos niños. En cuanto a la detección de las altas capacidades, Esteve detalló que los centros disponen de un cuestionario que puede utilizarse a iniciativa de los propios padres, de los profesores o del equipo psicopedagógico. Si los indicadores apuntan a que puede ser este tipo de alumno, entonces se procede a una evaluación psicopedagógica más amplia para confirmarlo. Esteve subrayó que, al margen del nivel académico, la atención a estos alumnos debe velar por aspectos como “la sociabilidad y el acompañamiento emocional”.

También precisó que el coeficiente intelectual no es el único factor para definir si un alumno es de altas capacidades y que deben tenerse en cuenta otros como la creatividad o el nivel de percepción. En lo que respecta al coeficiente, indicó que se suele considerar como de alta capacidad el superior a 120 y el superdotado, a partir de 130.

Por otra parte, el Govern presentó ayer un plan que aseguró que es pionero en el mundo para atender de forma transversal en los ámbitos educativo, sanitario, judicial, social y laboral a personas con “inteligencia límite”, con un coeficiente intelectual de entre 70 y 85, que son entre el 3% y el 13% de la población.

“Me aburría en clase, me lo plantearon y estoy feliz” Pol tiene 15 años y estudia cuarto de la ESO en el instituto Canigó de Almacelles, un curso más del que le correspondería por su edad. Cuando estudiaba cuarto de Primaria le propusieron adelantarlo por su alta capacidad. “Me aburría en clase y no tuve ningún problema en adaptarme con los nuevos compañeros. Soy muy inquieto y no me sentía realizado académicamente”, explica. También sus hermanos, Nil (12 años) y Jana (9), han sido diagnosticados con altas capacidades. Ellos, en cambio, prefieren no saltar de curso. “No puedes obligarlos, va según el carácter. Lo importante es que los docentes tengan predisposición para adaptar el currículum, hemos tenido mucha suerte”, explica Yolanda, su madre. Recuerda cómo, con tres años, ya leían y planteaban cuestiones filosóficas y destaca la labor de la entidad Fanjac para normalizar la situación de estos niños.