NORMATIVA
Escuela cada vez más inclusiva
Los colegios e institutos de Lleida escolarizan este curso a más 900 alumnos con alguna discapacidad || Más presupuesto para contratar personal de apoyo, adquirir material y formar al profesorado
Las escuelas e institutos ordinarios de Lleida escolarizaron el curso pasado entre Infantil, Primaria y ESO a 934 alumnos con necesidades educativas especiales, como discapacidades mentales, auditivas, visuales y motores, trastornos del desarrollo, alteraciones de la personalidad y otros problemas que dificultan su aprendizaje.
La conselleria de Enseñanza quiere que más niños dejen las escuelas especiales con un nuevo decreto de escuela inclusiva, bajo el principio de “una escuela para todos con un proyecto específico para cada uno”, explicó este martes en Lleida la directora general de Educación Infantil i Primària, Carme Ortoll. El nuevo decreto estará listo en otoño y permitirá dedicar más recursos a la atención este alumnado, afirmó Ortoll.
Se invertirán 145 millones de euros más en profesionales (maestros ordinarios y de educación especial, logopedas, psicopedagogos, técnicos de integración social, fisioterapeutas y trabajadores sociales), en formación del profesorado y en equipamientos y equipos tecnológicos.
Actualmente, los centros de Lleida tienen ya apoyo para tratar a este alumnado, aunque resulta insuficiente. “Es bueno ir a la escuela ordinaria, porque les normaliza mucho. Hay ayudas, pero siempre harían falta más. Se intenta que no haya más de uno en cada clase para poder atenderles bien, con mucho esfuerzo del profesorado”, explicó la directora de un centro de Primaria.
Actualmente, estos alumnos van a centros especiales, a los ordinarios o unos días a cada uno
El instituto Josep Lladonosa ha escolarizado este curso a un alumno de primero de ESO y otro de segundo de Bachillerato que tienen una visión muy reducida. Su director, Santi Pubill, explicó que disponen de un ordenador especial con letra más grande y un pupitre con un flexo para que tengan más luz, entre otras medidas. Además, una profesional de la ONCE les facilita asistencia una vez a la semana.
En el Guindàvols, este curso han tenido un alumno ciego y dos con deficiencia visual . Su director, Jesús Castillo, detalló que disponen material adaptado y hacen los exámenes con ordenadores que cuentan con un programa que lee las preguntas. Añadió que su centro ha tenido asignado este curso como refuerzo un contratado laboral de Enseñanza a jornada completa.
Los datos
- 934 niños con discapacidades. El curso pasado se escolarizaron de forma ordinaria en Infantil, Primaria y ES O 934 niños con necesidades educativas especiales.
- Audiometrías a 300 niños con déficits auditivos. El Servei Educatiu del Segrià, ubicado en el instituto Joan Oró, estrenó este martes la nueva sala de audiometrías del Centre de Recursos Educatius per a Deficients Auditius (Creda), que permitirá atender a cerca de 300 niños de 0 a 18 años con deficiencias auditivas. La directora del Creda, Rosa Pereta, explicó que esta sala permitirá llevar a cabo las valoraciones audiológicas y audioprotésicas que hasta ahora se hacían en la Llar Sant Josep de la Diputació y que permiten saber el grado de pérdida auditiva y qué prótesis o audífono necesita cada niño. “Era necesario tener el equipamiento de valoración en el mismo espacio, al alcance de los profesionales para dar una mejor atención a las familias”, indicó. Todos los niños con discapacidad auditiva están escolarizados y tienen un seguimiento de psicopedagogos. Durante el curso, se llevan a cabo 152 valoraciones audiológicas de alumnos sordos atendidos por Creda y 26 alumnos más atendidos por centros de edudación especial y otros. También se realizan 115 valoraciones audiológicas derivadas por los servicios médicos del Arnau de Vilanova y el Santa Maria. El Creda también atendió unos 250 niños con trastornos graves del lenguaje y el habla.
Defienden que los centros abran hasta las 19.00 y critican la jornada intensiva El colegio Ciutat Jardí acogió este martes una jornada de debate sobre la jornada lectiva en los centros, organizada por la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica. Jaume Aguilar, profesor de Secundaria y expresidente de esta última entidad, criticó la intensiva, en la que las clases terminan a las tres, porque causa que los alumnos coman demasiado tarde, no hay indicios que se traduzca en una mejora académica y no beneficia la conciliación familiar, sino básicamente a los profesores, argumentó. En cambio, defendió la implantación de la denominada jornada a tiempo completo en la que los centros estén abiertos de ocho de la mañana a siete de la tarde incorporando actividades educativas no lectivas, y añadió que a partir de esa hora los niños deberían estar con sus familias. Señaló que de este modo los alumnos comerían “a una hora razonable” y apuntó que los centros deberían tener aulas de estudio asistido y que los municipios y entidades del territorio deberían tener una oferta amplia de actividades educativas no lectivas no discriminatorias por motivos económicos. La Fapac de Lleida no se posicionó.