INVESTIGACIÓN
El 90% de universitarios catalanes se plantea emigrar al extranjero
Según una encuesta efectuada a 2.059 estudiantes de grado, máster y doctorado de cinco universidades || En el marco de un estudio liderado por la UdL
Un 90% de universitarios catalanes prevé salir de España tras acabar los estudios, pero la mayoría no quiere estar fuera más de 3 años, según una encuesta a 2.059 estudiantes de grado, máster y doctorado de la Universitat de Lleida, la Autònoma de Barcelona, la de Girona, la Rovira i Virgili y la de Barcelona en 2015, en el marco del estudio ‘Emigració juvenil, nous moviments socials i xarxes digitals (#eMOVIX)’, liderada por el antropólogo de la UdL Carles Feixa.
Esta investigación, que analiza la emigración juvenil hacia Europa en los últimos 8 años, ha sido desarrollada con el apoyo del programa RecerCaixa y en colaboración con la la Associació Catalana d’Universitats Públiques y el Observatori Català de la Joventut.
Los resultados del estudio, publicados en el libro “L’emigrant 2.0.”, indican que los jóvenes comienzan a asumir la emigración como un requisito imprescindible en el mundo globalizado. Entre 2008 y 2015, emigró un 5% de la población juvenil de España y del total de emigrantes, un 50% eran jóvenes. Determina también que más que quedarse a trabajar en el extranjero, quieren tener una experiencia internacional que les ayude a encontrar un empleo mejor cuando vuelvan.
Sus principales destinos son Reino Unido, Francia y Alemania. Apunta que un 48% de los jóvenes catalanes emigrados a Gran Bretaña viven en Londres, por lo que se describen algunos casos concretos que tienen como nexo común la precariedad, en forma de largos desplazamientos para ir al trabajo, amplias jornadas laborales y una débil red social presencial.
Esta precariedad tiene como consecuencia una pobre interacción con la ciudad, que se limita a desplazamientos monótonos y a menudo efectuados con el apoyo de aplicaciones como Google Maps. Señala, además, que los jóvenes no rompen vínculos con la sociedad de origen y el libro incluye un análisis del movimiento Marea Granate (surgido en el 15M y que lleva ese nombre por el color del pasaporte español) como ejemplo de interconexión de jóvenes emigrados.
Asimismo, constata que al inicio de la crisis la movilidad exterior se veía como una mejora laboral y se fomentaba, mientras que ahora es una preocupación política y se quiere parar para recuperar el talento perdido. La investigación alerta de que peligra el futuro del mercado laboral si no se desarrollan políticas que fomenten su retorno.