Un libro afirma que la administración local ha potenciado el estigma de la Mariola
El investigador de la UdL Juan Manuel Solís retrata en su obra el barrio desde dentro y desde fuera
La administración local ha sido un agente potenciador de la estigmatización que sufre el barrio de La Mariola de Lleida. Lo ha hecho fundamentalmente a través del urbanismo, con la falta de equipamientos de ciudad y de monumentos, de apoyo a empresas y comercios, la concentración de vivienda pública y los desplazamientos y realojamientos. Así lo defiende el libro del investigador de la UdL Juan Manuel Solís, ‘La Mariona desde dentro y desde fuera. Efectos internos del estigma territorial’, publicado por la Universitat de Lleida en la colección Espai/Temps que se presenta este jueves en la Facultad de Letras.
El libro, fruto de una tesina de master presentada en 2014, analiza las consecuencias internas y externas de la estigmatización del barrio, dando un repaso a su historia a partir de la voz de sus habitantes, en el papel de la administración en la fijación de este estigma, y de qué manera la violencia sufrida, sea estructural, simbólica e institucional, ha provocado la falta de organización y de resistencia en el barrio.
Estructurado en dos partes, una teórica y metodológica, y otra etnográfica, el estudio afirma que La Mariola es actualmente una zona de control social de la pobreza y de esta manera lo ven sus habitantes
A todo eso se le suman los prejuicios de los leridanos sobre un barrio donde no existe, afirma el autor, una gran actividad criminal ni exagerada venta pública de drogas. Unos prejuicios que también tienen los trabajadores sociales respecto de los habitantes del barrio, los cuales sufren esta doble discriminación: la de las instituciones, organizaciones y empresas, que se traduce en los accesos en el mercado laboral y las viviendas, y la que se produce desde fuera e incluso dentro del mismo barrio entre diferentes sectores.
La obra acaba con una serie de propuestas para recuperar La Mariola, no sólo para sus habitantes sino para toda la ciudad de Lleida. Así, el autor aboga para reducir la continua presencia policial en el barrio; por medidas de inserción laboral, la implantación de una renta básica ciudadana que aleje a jóvenes, mujeres y parados del trabajo informal o ilegal; la creación de comercios y empresas en el barrio con interés para el resto de ciudadanos; así como recuperar las actividades y fiestas populares en la calle, que inviten a los leridanos a visitarlo.
Pero sobre todo, actuar contra el problema más importante de La Mariola, la vivienda. En este sentido, Solís propone la cesión de viviendas vacías en posesión de la administración y las entidades bancarias a la ciudadanía, la agilización de los procesos burocráticos, y la creación de cooperativas de vivienda gestionadas por los vecinos que den soluciones a la falta de viviendas y a la rehabilitación de los mismos.