Decenas de intercambios de libros entre familias alargan su vida útil

Hace una semana que los centros educativos acabaron el curso escolar pero ayer decenas de estudiantes y familias se dieron cita en el instituto Guindàvols, donde se celebró el sexto mercadillo de intercambio de libros. Se trata de una iniciativa impulsada por el Ampa que pretende alargar la vida útil de los manuales a través de la compraventa de ejemplares entre alumnos de diferentes cursos. El precio de referencia por libro es de seis euros. “Es muy útil y te ahorras bastante dinero. Hay libros que sabes que no volverás a utilizar y se quedarán en un cajón, prefiero que alguien los pueda aprovechar. De momento he vendido cuatro”, explicaba Nikita, estudiante de Bachillerato. “Están en perfecto estado, tenerlos todos nuevos sale carísimo, ya que algunos cuestan más de 35 euros”, opinan Montse y Manel, padres de un alumno de tercero de ESO.

Los miembros de la junta del Ampa supervisaron el mercadillo, que se saldó con decenas de “transacciones” en apenas media hora. Y es que muchos ya venían con los “deberes” hechos desde casa. “Algunos estudiantes ya habían acordado por teléfono o por redes sociales el intercambio”, explicó José Luis Navarro, presidente del Ampa, que dijo que certifican que los manuales sean válidos.

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Este tipo de iniciativas también se llevan a cabo en otros centros leridanos, como las escuelas Enric Farreny o Països Catalans. Las impulsan los centros comprando todos los libros y abonando las familias una cuota mensual para utilizarlos durante ese año o las promueven iniciativas desde el Ampa.

La Fapac pide más ayudas públicas para fomentarloLa Federación de Ampas de Catalunya (Fapac), en su defensa de una educación pública gratuita como servicio básico, cree que “también se debería incluir los libros de texto, en esa gratuidad”, explicó ayer su presidenta en Lleida, Elisa Solé. “El inicio del curso escolar supone un gasto enorme para las familias y debería recuperarse algún sistema para que se cubra estos costes”, señaló, mientras recuerda que los beneficios son múltiples y prueba de ello es que no solo lo apoya el departamento de Enseñanza de la Generalitat, sino también Territorio y Sostenibilidad. Además del ahorro económico y la toma de conciencia de que es necesario cuidar los libros para poder alargar su vida útil, hay el factor de “igualdad” entre los estudiantes y el de ahorro medioambiental.