EMERGENCIAS NUEVAS PLAZAS
Vuelven los aspirantes a bombero
Diecisiete personas harán prácticas durante cuatro meses en los parques profesionales de Ponent tras lograr una plaza en la primera convocatoria de Interior en ocho años || Ayudarán a paliar la falta de efectivos y a reducir la media de edad, que en el de Lleida ya ronda los 50 años
El periodo de prácticas, que se inició a principios de julio, es la última parte del proceso de selección de la convocatoria. Una fase que consiste en 600 horas de servicio efectivo en los parques de bomberos y otras instalaciones de la dirección general de Prevención, Extinción de Incendios y Rescates. Si pasan las prácticas, entrarán a formar parte del cuerpo.
El relevo generacional es uno de los puntos a destacar de la nueva promoción, con una edad media de 31 años. Y también para ampliar la plantilla, ante la reivindicación de la falta de efectivos. En la actualidad, el parque de Bomberos de Lleida cuenta un total de 99 efectivos: 52 bomberos funcionarios; 18 bomberos voluntarios; 9 en prácticas; 10 auxiliares forestales y 10 de segunda actividad.
Ponent ha perdido un 15% de bomberos en los últimos ocho años y siete de cada diez son voluntarios
Durante las prácticas, los aspirantes acompañan a los veteranos en las salidas cuando se les requieren para algún servicio. Cuando están en el parque llevan a cabo diferentes ejercicios para adquirir conocimientos prácticos del temario que han adquirido durante la formación en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya.
El número de efectivos ha disminuido un 15% desde 2009, año de la última convocatoria de nuevas plazas. Según Interior, Lleida cuenta con 1.075 bomberos, de los que siete de cada diez son voluntarios.
Debate en el Parlament sobre un modelo mixto de los parques Con 22 años de experiencia, este bombero de primera del parque de Lleida tiene muchos servicios a sus espaldas. “Cada vez que entras de guardia no sabes lo que te deparará el día porque hacemos de todo”, explica. Lo que más destaca de su trabajo es que son como una familia. Y lo peor, las prisas. “Es evidente que falta personal y las convocatorias deberían ser más a menudo. La gente nueva contagia ilusión”, señala.