Una minidepuradora acabará con los vertidos de aguas residuales de Llívia al río Segre

La Paeria ha encargado el proyecto técnico para la puesta en marcha de una minidepuradora en el barrio de Llívia, que debe permitir acabar con los vertidos del alcantarillado del barrio a la clamor de La Plana, que desemboca luego en el río Segre, lo que empeora su calidad ambiental.

Esta opción es más asequible que la otra que se ha contemplado en los últimos años, que es conectar el colector de Llívia con el general de la ciudad mediante una tubería de más de un kilómetro hasta Pardinyes o el Secà. El coste de esa actuación se estimó en 700.000 euros en 2009, cuando la Paeria llegó a adjudicarla a Aigües de Lleida, mientras que la depuradora costará unos 400.000 euros, aproximadamente, aunque luego habrá que asumir su mantenimiento.

La actuación, que correrá a cargo de la propia concesionaria, requerirá de alguna pequeña expropiación, sin afectar a terrenos de cultivo, y podría abordarse a finales de este mismo año. Estará ubicada en el punto donde ahora se producen los vertidos, junto a la acequia. Se prevé un diseño modular, que permita dar servicio a los cerca de mil de habitantes del barrio, así como adaptarse a su potencial crecimiento hasta un máximo de 2.000 vecinos.

Solucionar este vertido, que es ilegal aunque resulta habitual en muchas localidades, es una asignatura pendiente de la Paeria desde hace años. En 2009, se llegó a adjudicar el proyecto, pero no se ejecutó y en 2011 se rehizo, pero nunca llegó iniciarse por problemas de financiación y con las expropiaciones.

Precisamente, en el último pleno municipal, Crida per Lleida hizo un ruego reclamando que se eliminen ya estos vertidos y el teniente de alcalde de Urbanismo, Fèlix Larrosa, insistió en que se trabaja en ello y que es una cuestión que preocupa al gobierno.

Actualmente, Lleida cuenta con una gran depuradora de aguas residuales en Sot de Fontanet, puesta en marcha en 1994, y solo tiene otra pequeña en el polígono Creu del Batlle.

las claves

Socavón en Bisbe Meseguer por una fuga de agua La rotura de una tubería del alcantarillado en la calle Bisbe Meseguer, justo en la esquina con la Rambla d’Aragó, al lado del Rectorado de la UdL, ocasionó este jueves por la mañana un hundimiento de la calzada y un agujero de aproximadamente 50 por 50 centímetros. La incidencia obligó a cortar el tráfico en esta calle, que soporta bastante tráfico, aunque en estos días la movilidad es mucho menor a la habitual. Operarios de mantenimiento abrieron una zanja de unos dos metros de largo y retiraron la tierra para poder reparar la tubería afectada y volver a taparla con grava. La incidencia quedó solucionada a última hora de la tarde, lo que permitió volver a abrir el tráfico, aunque quedará pendiente volver a asfaltar. La avería fue causada por el desgaste de la conexión entre la galería de este tramo de alcantarillado y el pozo, que acabó provocando la rotura de la tubería y que el agua arrastrara la tierra bajo la calzada. Con las altas temperaturas, el alquitrán de la superficie acabó deshaciéndose al no tener una base consistente debajo.