Condenada a ocho meses de prisión por vender una guitarra robada

La Audiencia Provincial de Lleida ha condenado a ocho meses de prisión a una mujer que vendió por 60 euros una guitarra eléctrica robada cuyo valor real superaba los 900 euros. El tribunal ratifica la sentencia en primera instancia del juzgado de lo Penal número 3 de Lleida y desestima el recurso presentado por el abogado de la acusada, que alegó que la mujer desconocía que el origen del instrumento era ilícito y que desconocía su valor real. Tanto la jueza que la condenó como ahora la Audiencia Provincial consideran que la mujer es autora de un delito de receptación.

Los hechos tuvieron lugar el 7 de enero del año pasado cuando la mujer acudió a una tienda de segunda mano y vendió una guitarra eléctrica por 60 euros. Un instrumento que había sido robado apenas cinco días antes y cuyo propietario había interpuesto una denuncia. El valor de la guitarra era de 918,18 euros. La mujer aseguró que se la había comprado por 10 euros a una persona que se había encontrado por la calle. Explicó, según la sentencia, “que desconocía el origen ilícito de la guitarra y su valor real porque era un objeto de segunda mano, lo cual justificaba un precio más barato, añadiendo que la persona que se la vendió le manifestó que lo hacía por necesidad”. La acusada no ofreció ninguna identificación del hombre. El tribunal no se cree esta versión y afirma que “de todo ello se infiere que nos encontramos ante una adquisición clandestina, fuera de los cauces de comercio (...), resultando del todo inverosímil la explicación ofrecida por la acusada por un precio de 10 euros (prácticamente regalada)”. El tribunal, como ya hizo en primera instancia la titular del juzgado de lo Penal número 3, considera que la mujer es autora de un delito de receptación al estimar probado que, “con el ánimo de obtener un beneficio económico”, vendió una guitarra eléctrica que sabía que había sido robada anteriormente. La sentencia es firme y no se puede recurrir.

Control en tiendas de segunda mano, joyerías y chatarrerías ? Las tiendas de segunda mano, joyerías (especialmente compraventa de oro) y chaterrerías son establecimientos donde ladrones o sus cómplices pueden acudir a vender artículos que anteriormente han sido robados. Para evitarlo, los responsables de estos comercios deben registrar todo el material que compran. Si detectan que es sustraído deben comunicarlo a los Mossos d’Esquadra para que lo investigue. La persona que lo haya vendido puede ser acusada de un delito de receptación.