Libros de texto en declive

El curso escolar comenzará el día 12 para los alumnos de Infantil y Primaria (este año en Secundaria el inicio será para la mayoría el 14) y supondrá un gasto importante para las familias. No obstante, la factura destinada a libros de texto es menor que años atrás porque la innovación educativa los está suprimiendo y por la extensión de la socialización.

El próximo día 12 regresarán a las aulas los alumnos de educación Infantil y Primaria. Este año, los de Secundaria lo harán dos días después, aunque el curso tendrá los mismos días lectivos. Como cada año, el inicio de un nuevo curso escolar supone un desembolso para las familias que varía en función de los centros. Años atrás, buena parte de la factura la copaban los libros de texto, pero las nuevas tendencias pedagógicas los están relegando cada vez más a un segundo plano. Muchas escuelas trabajan por proyectos o con otras metodologías que hacen innecesarios los manuales. Esta situación, unida a la extensión de la socialización (ampas o centros que compran los libros y los ‘ceden’ a los niños a cambio de una cuota) se traduce en que el gasto por este concepto ha disminuido respecto al de años atrás. En cambio, ha aumentado el gasto en material escolar (dossieres o cuadernos, por ejemplo), tal como corroboró la portavoz en Lleida de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac), Elisa Solé.

Ahora, en varios colegios el gasto no llega a 100 euros, cuando comprar todos los libros para el alumno costaría entre 200 y 300, por lo que el ahorro se sitúa en unos 150 euros.

Con la socialización, los padres pagan solo alrededor de un 25% del coste total de los libros

La Fapac constata un aumento del gasto en material con las nuevas metologías pedagógicas

El nuevo instituto escuela Torre Queralt, del Secà de Sant Pere, es uno de los que trabaja por proyectos en educación Infantil y en Primaria y lleva años socializando los libros. Su directora asegura que los aprovechan hasta cinco años y apuntó que este curso comenzarán con este proyecto en la ESO. Otro colegio que trabaja por proyectos es el Àngel Guimerà de Balaguer. Solo mantiene el libro de matemáticas y tienen socializado todo el material, por lo que cada niño debe pagar 45 euros (65 si se inscriben en natación).

La escuela Pinyana de Balàfia tampoco utiliza libros, solo cuadernillos, y también los han suprimido en la La Mitjana y el Parc de l’Aigua de Lleida. En el primero, los libros de lectura (también socializados) para un alumno de quinto cuestan 15 euros, a los que hay que sumar 13 por un cuadernillo. Los padres pagan una cuota anual de 85 o 120 euros, en función del curso, por todo el material. En el segundo, unos 85 euros. En el colegio Països Catalans también funcionan por proyectos y usan pocos libros de texto. Además, con la socialización los padres aportan solo un 25% del coste de los libros. El colegio de la Mercè de Sant Ramon, en la Segarra, aplica un sistema de cajas de aprendizaje utilizadas en grupo o de forma individual. Las familias compran a través del Ampa los libros de lectura y los cuadernillos, cuyo precio oscila, según el curso, entre 50 y 100 euros, informa X.Santesmasses. La diferencia entre lo que cuestan los libros socializados y su compra queda patente en Mollerussa. En el colegio público Mestre Ignasi Peraire, las familias pagan una cuota de algo más de 50 euros por los manuales de tercero a sexto de Primaria, a los que hay que sumar los de inglés y música. En cambio, en la escuela concertada del Carme los padres pagan unos 250 euros por los libros. Eso sí, alrededor de un 25% de las familias los donan una vez acabado el curso para que puedan utilizarlos sin coste otras con pocos recursos, informa X. Farreny.En Secundaria, donde la socialización arrancó más tarde, varios centros ya la aplican. Uno es el Maria Rúbies, donde la socialización está gestionada por una empresa. Según su director, los padres se ahorran un 60% de los más de 300 euros que supondría comprarlos individualmente. En cuanto a la innovación educativa en Secundaria, la Fapac considera que se debería potenciar porque, opina, la metodología de enseñanza sigue siendo demasiado tradicional.