SOLIDARIDAD INICIATIVAS
Proyecto para dar a familias menús sobrantes de comedores colectivos
Actuaciones contra el despilfarro alimentario en el marco de un plan local de prevención de residuos || Será comida que no ha salido de la cocina, no sobras
Prevenir el desperdicio de comida en comedores colectivos y ayudar a familias de la ciudad con necesidades alimentarias. Este es el doble motivo del plan local de prevención de residuos municipales y actuaciones de prevención del desperdicio alimentario que impulsa la Paeria. Desde hace un tiempo, varios colegios de la ciudad ya participan en un programa que aprovecha la comida cocinada de más en los comedores escolares para que, en lugar de que acabar en la basura, la disfruten familias necesitadas. Ahora, el ayuntamiento quiere potenciar y ampliar esta actuación a otros comedores colectivos, como por ejemplo los de las residencias. Fuentes municipales indicaron que por el momento no han concretado aún a qué equipamientos se destinará el plan y añadieron que, paralelamente, los servicios sociales municipales están identificando a las familias que se podrían beneficiar. Asimismo, remarcaron que en ningún caso se trata de repartir sobras de los platos o bandejas de los comedores, sino de guardar los alimentos que no han salido de la cocina por cualquier motivo, envasarlos garantizando sus condiciones sanitarias y repartirlos entre ciudadanos desfavorecidos que lo necesiten.
El pliego de condiciones detalla que una de las actuaciones incluidas en el plan es detectar posibles productores de excedentes alimentarios aprovechables, tanto de productos frescos como cocinados, y plantea como “interesantes” las cocinas y comedores de escuelas, residencias, hospitales y empresas. También prevé detectar sectores sociales con necesidades alimentarias a través del trabajo coordinado entre entidades sociales que actúan en este sector y la administración municipal, así como definir un protocolo para garantizar la viabilidad de la recogida y entrega de la comida asegurando su calidad. Propone, además, una campaña de sensibilización dirigida al público en general sobre la reducción del despilfarro de comida a la hora de comprar, cocinar o guardar alimentos. Y otra destinada a los productores para potenciar las buenas prácticas en este sentido. A nivel cuantitativo, el proyecto prevé actuar sobre cien toneladas de residuos al año, lo que representa 0,4 kilos por habitante y año.