“Los robots, que ya han superado a la inteligencia humana, pagarán impuestos”

Kim Faura, director general de Telefónica en Catalunya, es un gran comunicador. “Eso es porque yo no soy técnico y por eso hago que me lo expliquen todo muy bien explicado para entenderlo”. Y funciona. El primero de los Diàlegs al Roser con los que SEGRE conmemora el 35 aniversario de su nacimiento y el 20 de la edición en catalán fue todo un éxito. Sobre la mesa, cómo enfrentarse a un mundo cambiante en el que ya no puede darse nada por seguro. “Llevamos en los bolsillos smartphones que son más potentes que el ordenador que llevó al hombre a la Luna”. Y esa revolución digital ha derivado en lo que Faura denominó “disrupción digital”. “¿Recuerdan cuando tenían en la esquina de casa una tienda de revelado de fotografías y en la otra esquina una tienda de alquiler de películas? ¿Dónde está Kodak? ¿Dónde está Blockbuster, que figuraba entre las 100 compañías más grandes del mundo?”

Los avances tecnológicos se suceden con tanta rapidez “que ya hay alguien que se ha preocupado de elaborar normativas”. En el pasado, durante la revolución industrial, una máquina sustituía el trabajo de 500 o de 1.000 personas. “Esto ahora se multiplica por diez. Las máquinas no paran para comer ni para dormir”. Eso sí, a diferencia de lo que ocurría en el siglo XIX, “los robots deberán pagar impuestos” y “tener un seguro”. Tendrán derechos y obligaciones. “Y un interruptor de emergencia por si hay que desactivarlos”. Tampoco se puede crear un robot para hacer daño a un humano, del mismo modo que está prohibido crear vínculos emocionales con estas sofisticadas máquinas. Suena a película de terror, pero es que las cifras que Faura pone sobre la mesa son de vértigo.“El teléfono tardó 75 años en llegar a los 100 millones de usuarios en el mundo. El móvil solo tardó 16. Instagram, dos años. Candy Crush, un año; pero es que Pokémon Go logró los 100 millones de usuarios en 25 días”.

También de vértigo son las cifras del aumento de demanda experimentado por Telefónica en plena crisis. “El problema es que no sabemos cómo monetizar eso”. Y, en el horizonte, el 5G “que yo diría que hasta bien entrado el 2024 o el 2025 no estará aquí”. Eso sí, cuando llegue, lo hará con “ventajas impresionantes”. De velocidad, de espectro y, sobre todo, de tensia, “que es la velocidad de reacción cuando aprietas un botón. Con los 4G la capacidad de reacción no es inmediata. Con los 5G, un cirujano podría operar un corazón aquí desde Nueva York con total precisión”.

Y a los cambios tecnológicos hay que añadir la revolución que han supuesto las redes sociales en la forma de comunicarse. “Y han llegado para quedarse”. Facebook tiene más usuarios que habitantes tiene la China. “Eso significa que cualquier mensaje que pase por esta red tiene un impacto brutal”. Instagram es más grande que la Unión Europea y Twitter, mayor que Estados Unidos. “Las redes sociales son otra forma de disrupción digital”.

En tan solo cuatro años, el consumo de tiempo dedicado a internet se ha incrementado un 84%, mientras que la televisión ha bajado un 6%. “Los niños ya no ven la tele”. Y eso hace que caigan los ingresos por publicidad en los medios “mientras suben en Google y Facebook”. Hay que estar al quite. “En Telefónica teníamos un producto similar a Whatsapp, pero la facturación de los SMS suponía un 15% de la división de móviles y lo paramos. Fue un error”. Por contra, “guardamos enmarcado el estudio de unos grandes consultores estratégicos que advertían a Telefónica que no invirtiera en móviles, que eso solo sería cosa de ejecutivos”. Un acierto hacer caso omiso.