TRIBUNALES INVESTIGACIÓN
Reconstruyen la muerte de un atracador abatido a tiros por mossos en La Bordeta
El ladrón huía de la policía autonómica tras perpetrar un asalto que se saldó con un herido en la gasolinera de Balàfia en mayo pasado || La Fiscalía considera creíble que los agentes actuaron en defensa propia
La causa sobre la muerte a tiros de un atracador por parte de mossos d’esquadra durante una persecución que tuvo lugar el pasado 21 de mayo en un descampado de La Bordeta vivió ayer una de las fases que pueden ser claves en las investigaciones abiertas a nivel judicial (hay diligencias por un homicidio imprudente) y policial. Cinco meses y diez días después los hechos, se practicó la reconstrucción del final de la fuga que, entre otros, solicitó Fiscalía. Los tres implicados, dos mossos y un segundo atracador (lo hizo esposado al estar encarcelado), ofrecieron durante casi dos horas las explicaciones pertinentes a la titular del juzgado de Instrucción número 1 de Lleida, a dos fiscales y a los investigadores de la División de Asuntos Internos de los Mossos. También participaron peritos y forenses con el fin de aportar el máximo de detalles, como el lugar en el que se encontraban los policías cuando se produjeron los disparos y dónde estaban las armas de los ladrones (dos pistolas simuladas). Los dos agentes ratificaron que actuaron en defensa propia porque el atracador les apuntó con una pistola. Los disparos se produjeron a unos cinco metros de distancia. Dos balas le entraron por la espalda. Uno de los agentes explicó que apartó con un pie un arma que había junto al atracador y registró la bolsa que llevaba encima. La reconstrucción se filmó con una cámara y un dron. La Fiscalía apuntó que la versión que ofrecieron los policías era creíble y que coincidía con las grabaciones telefónicas que hay de la actuación policial de aquella tarde de domingo.
La persecución y el atraco, en dos causas separadasEl juzgado de Instrucción número 1 de Lleida abrió dos causas separadas por este caso, una por el atraco cometido en la gasolinera de Balàfia, y otra por la muerte de uno de los dos atracadores. En cuanto a la reconstrucción, unas lonas simulaban ser la furgoneta con la que huyeron los atracadores mientras que un maniquí tendido en el suelo indicaba el punto en el que falleció el ladrón.